Vero Boquete, sobre sus inicios en el fútbol: «Muchos comentarios e insultos machistas eran de madres»

R.C.

DEPORTES

Verónica Boquete, durante una charla en un colegio gallego, en una imagen de archivo
Verónica Boquete, durante una charla en un colegio gallego, en una imagen de archivo MARTINA MISER

La excapitana de la selección española acudió este jueves junto a José María García al programa de Mercedes Milá, «No sé de qué me hablas», en el que se analizó la evolución del fútbol femenino: «El talento de las futbolistas ha sobrepasado al de sus dirigentes»

19 ene 2024 . Actualizado a las 17:39 h.

«Los tiempos han cambiado y, señor señor, hoy podemos ver así a la mujer, convertida en futbolista (...). No crean ustedes que es cosa de broma. Ellas se concentran y todo, hacen lo que pueden y a veces no se sabe si estamos es un partido de fútbol o en una competición de ballet». Con estas palabras, acompañadas de escenas centradas en el cuerpo de las jugadoras —con especial fijación en las nalgas—, informaba el NO-DO sobre el auge del fútbol femenino en 1972. Por suerte, medio siglo después los tiempos sí que han cambiado y así lo ha querido reflejar este jueves el programa No sé de qué me hablas de TVE, presentado por Mercedes Milá e Inés Hernand, en el que han analizado la evolución de este deporte con Vero Boquete y José María García. «El talento de las futbolistas ha sobrepasado al de sus dirigentes», resumía la excapitana de la selección.

La compostelana es «de las primeras futbolistas que han dado visibilidad al fútbol femenino», tal como señalaba una jugadora que se encontraba entre el público, y, aunque ha desarrollado su carrera profesional ya en el siglo XXI, lo cierto es que sus inicios fueron mucho más difíciles de los que viviría una niña hoy. «Cuando tenía 5 o 6 años, que entré en mi primer equipo, había una norma que prohibía a las niñas jugar con los niños. El primer año me lo pasé entrenando (y en los partidos) me sentaba en el banquillo y aplaudía», contó sobre el que fue su primer encontronazo con el machismo en el deporte.

Pronto, llegaron los insultos, tan presenten en las categorías base que el propio Santiago Bernabéu trató de prohibir la entrada de padres y madres a los partidos infantiles, tal como se encargó de narrar José María García. «Muchos comentarios e insultos machistas eran de madres», dijo Vero Boquete ante una sorprendida Mercedes Milá. «La educación machista no es solo para el hombre, es para todos», reflexionaba la compostelana, que celebra que se haya evolucionado: «Es lo que ha cambiado la Selección Española de Fútbol creando referentes para los niños y las niñas».

La victoria de España en el Mundial del 2023 fue la gran catalizadora. Por una parte, supuso el empujón definitivo para que medios de comunicación, empresas patrocinadoras y la afición pusiesen el foco en las fútbol femenino. Por otra, sirvió para visibilizar el machismo que aún reina dentro de las instituciones deportivas y que jugadoras como Vero Boquete han denunciado durante años. El beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso durante la celebración abrió «la caja de Pandora», señaló Mercedes Milá.

«El caso Rubiales ha abierto los ojos de muchísimas personas en España y el tema de las mujeres se ve diferente porque de repente ellas, las futbolistas, han abierto una caja de la que han salido todas las injusticias que se estaban cometiendo con mujeres en todas las profesiones», celebró la presentadora. «Esto sucede en cualquier empresa, en cualquier bar, en cualquier supermercado, en cualquier casa… Se ha visto y se ha demostrado que hay un problema mucho más profundo y que todavía nos queda mucho trabajo que hacer», apostilló la excapitana de la selección.

 Parte del trabajo lo realizaron las propias jugadoras a lo largo de los últimos años, en los que han denunciado las malas condiciones en las que debían competir. Vero Boquete puso el ejemplo del Mundial de Canadá del 2015, al que llegaron con tan solo dos días de antelación, haciendo numerosas escalas y sin haber jugado partidos amistosos en los últimos meses. Las quejas las futbolistas —capitaneadas en ese momento por la compostelana— allanaron el camino de las actuales campeonas del mundo. «El talento de las futbolistas ha sobrepasado al de sus dirigentes. Había un freno y sigue habiendo un freno que no depende de nosotras», señaló.

José María García, que logró sacar de quicio a Mercedes Milá e Inés Hernand por hablar sin parar, puso sobre la mesa una anécdota que resume cómo fue el ambiente en aquel Mundial: «¿Sabes lo que le decían a las chicas los directivos de la Federación Española, que iban de gorra?». «Que venían allí dejando de pasar tiempo con sus familias para que nosotras nos divirtiéramos un rato», relató Vero Boquete. Aquella experiencia supuso un cisma en la selección y las jugadoras iniciaron una lucha pro mejorar sus condiciones.

Pero, más allá de la selección, esa revolución se ha producido en el fútbol femenino en general. «Antes, una crac podía cobrar 20.000 euros y en negro; ahora 200.000 y cotizando», explicaba la propia Boquete en una entrevista concedida a La Voz en el 2021, con motivo de sus dos décadas sobre el terreno de juego. «Ahora llenamos estadios, antes la entrada era gratuita y ahora se paga, las televisiones pagan por tener los derechos del fútbol femenino, las futbolistas son referentes y todo el mundo las empieza a conocer», destacaba este jueves en No sé de qué me hablas.

El gol que cambió la historia del fútbol femenino y su celebración a la gallega

Polémicas y copas mundiales aparte, hubo un hecho que cambió la historia del fútbol femenino en España en el que la compostelana tuvo mucho que ver. Tras 16 años sin disputar un torneo internacional, la selección lograba clasificarse para la Eurocopa de Suecia del 2013. Con el un 2-2 en el marcador frente a Escocia, estaban eliminadas, pero un penalti puso en las botas de Vero Boquete la posibilidad de dar la vuelta al resultado. Lo falló.

«Algo en mi cabeza me dice: "Hay que seguir, lo que no te vas a perdonar nunca es no intentarlo hasta el final". El árbitro da un minuto más y en ese último minuto hay un balón que va a banda derecha, hay un centro de una compañera y cuando el balón va por el aire digo "yo no sé dónde va a ir ese balón pero va a acabar en mí". Lo que es medio segundo a mí me parece una eternidad y me da tiempo a pensar absolutamente todo, "pégale de primeras, contrólala, oriéntala...", y al final digo "tócala, si tiene que entrar va a entrar". Le pego con la izquierda, que es mi pie malo, le pego mal, el balón toca en el césped y entra. En la celebración, el árbitro pita el final», relató.

Vero Boquete celebró ese gol tapándose la cara con una mano, un gesto que utiliza desde que es futbolista profesional: «Es un pulpo porque es muy representativo de Galicia, es mi comida preferida y cuando con 17 o 18 años me fui de casa, mi familia y mis amigos me dijeron que tenía que encontrar una celebración para que, cuando lo viesen, supiesen que iba por ellos».