«La escritura siempre fue mi válvula de escape»

Rocío Perez Ramos
RoCío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

Vanesa Insaurralde Ramírez, una poeta argentina que después de pasear por distintos puntos del planeta encontró en Lalín su «paraíso particular».

06 feb 2012 . Actualizado a las 07:07 h.

Cuando uno vive la vida como una aventura con la que sorprenderse siempre y esta le depara episodios que darían para uno novela, es normal que uno acabe volcándose en la escritura. Eso es lo que le ocurrió a Vanesa Insaurralde Ramírez, una poeta argentina que después de pasear por distintos puntos del planeta encontró en Lalín su «paraíso particular».

Vanesa tiene 34 años y escribe desde los doce. Publicó sus versos en diversas antologías en Argentina y en España y obtuvo varios premios. En nuestro país la última publicación fue en una antología del Centro Poético de Madrid. A la espera de poder publicar un libro propio tiene ya recopilados más de 300 poemas y escrito incluso un posible prólogo.

Ha participado en múltiples concursos «en algunos me rechazaron y en otros me aceptaron a la primera», pero ya que la crisis y estos tiempos no son muy prósperos para abrirse camino en el mundo de la literatura, y menos aún en un género como la poesía, creó una página VI y aprovechando las redes sociales y las ventajas que le brindan las nuevas tecnologías divulga sus versos y sus obras, que están teniendo buena acogida.

Vanesa es descendiente de vascos, andaluces, alemanes y americanos. Una mezcla de culturas que «siempre enriquece». Nació en Argentina, pero como cuenta ella misma «no tuve una familia prototipo, mis padres se separaron cuando yo era muy pequeña y la custodia fue para mi abuela y me fui a Uruguay a vivir con ella, luego volví a Argentina con mi madre». Sus padres rehicieron sus vidas en Argentina y su madre se casó de nuevo con Héctor «una persona maravillosa que llenó el vacío de mi vida y me dio el cariño y el apoyo del padre que no tuve». Héctor tenía raíces gallegas y se vino a Lalín con su madre para rehacer su vida como emigrante retornado. Vanesa se quedó en Argentina estudiando la carrera de Turismo y trabajando para costearse los estudios.

Un vuelco

A los pocos meses de estar en España a su padre adoptivo le diagnosticaron un cáncer terminal y le dieron unos meses de vida. Vanesa explica que «me quedaban cuatro materias pero me replanté mi vida, lo dejé todo y me vine con el que entonces era mi novio, que también estaba estudiando y que tenía toda su familia en Argentina».

Vanesa cuenta que «no le tengo miedo a lo desconocido porque al poco tiempo deja de serlo» y confiesa que es una entusiasta de la vida que «fui y vine tantas veces, pasé por tantos cambios ya en mi vida que no le tengo miedo a nada».

A Deza llegó para estar al lado de su padre adoptivo y de su madre en estos dolorosos momentos. Explica que «nos dijeron que le quedaban unos meses y fue exactamente así». Lo que teníamos decidido era, «que cuando Héctor ya no estuviese con nosotros, volveríamos a Argentina para continuar con nuestras vidas». Pero el destino le tenía guardada otra sorpresa. Vanesa señala que «a las pocas semanas de estar aquí me enteré que estaba embarazada y eso hizo que nos volviésemos a replantearnos todo». Héctor me dijo «ahora ya sé a quien le dejo mi lugar, y eso fue muy duro. Fueron días difíciles por un lado la angustia y el dolor y por otro la ilusión de una nueva vida.

Para Vanesa y a su ahora marido, Hernán, Lalín fue un amor a primera vista «nos encantó desde el principio, nos enamoró». Lo que más le gustaba era «la tranquilidad de poder pasear sin tener que mirar detrás, sin estar pendiente de todo, cuando supimos que íbamos a ser padres no lo pensamos más, este era el mejor lugar para que crecer». Vanesa señala que con tantos avatares vitales y tanto de ir de aquí para allá «la escritura siempre fue mi válvula de escape, siempre digo que mi vida puede ser leída porque la fui plasmando».

Compartir emociones

Ahora lo que quiere es «compartir esas vivencias, mis sentimientos, las emociones y que otros se puedan ver identificados con ello». Además de la poesía le gusta la narrativa y tiene escritos algunos cuentos para niños. Lleva en Lalín desde el 2003, y ya es española de nacionalidad. Hernán y Vanesa se casaron y en el Año Xacobeo del 2004 nació su primer hijo, Federico. En el siguiente Xacobeo, el segundo, Álex. La madre de Vanesa ahora vive en Noia pero «mis hijos son de Lalín y cada vez echamos más raíces aquí» aunque piensan que «un día a lo mejor son ellos los que se nos van para Argentina».

Sus trabajos los da a conocer en la página web www.wix.com/vanesainsaurralde/vi y a través de otra en Facebook www.facebook.com/vi. En esa misma red social administra junto con su marido las páginas Galicia Mística y Deza Comarca.

Vanesa Insaurralde Ramírez

Poeta, dependienta, camarera, comercial, secretaria, esteticista, cocinera...

12 de agosto de 1978

La Carballeira de O Rodo en Lalín

A Vanesa le gusta implicarse en el lugar donde está y participa en numerosas iniciativas solidarias. Una de las últimas, que finalmente no se llevó a cabo por falta de fondos pero que sigue pendiente, fue la creación de una serie de cuentos infantiles con carácter solidario durante las pasadas Navidades a fin de recabar fondos para los niños más desfavorecidos

Aunque lo que más le gustaría sería poder dedicarse a la literatura y su sueño es publicar libros en solitario, a lo largo de su vida Vanesa utilizó sus múltiples habilidades y aficiones para desempeñar mil y un oficios. Cuenta que «he hecho casi de todo fui comercial, camarera, cocinera, esteticista, dependienta y secretaria» y ahora trabaja «a media jornada para poder estar con mis hijos y tenerlos cerca porque es algo que yo no tuve y creo que es muy necesario». En Lalín, apunta, «encontramos nuestro espacio como familia y el aire que se respira es distinto». Como rincón eligió la carballeira de O Rodo pero podría haber elegido también el Paseo del Pontiñas porque en ambos están los paisajes y los bosques de los que se enamoró nada más llegar y por los que sigue caminando a diario.