Los pubs de A Estrada creen que el celo en el control de horarios matará la movida

Rocío García Martínez
Rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Los empresarios de la hostelería nocturna consideran injusto que la vigilancia se extreme solo en este sector

03 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los locales nocturnos de A Estrada llevan tres semanas sometidos a controles de todo tipo realizados por la Guardia Civil y la Policía Local. La Guardia Civil ha emprendido una campaña de vigilancia de la legalidad en todos los aspectos que atañen a los bares y pubs estradenses. A los empresarios se les ha pedido documentación de licencias, seguros de los locales, contratos de empleados, pagos a la seguridad social y facturas de compra de bebidas. Se han inspeccionado los locales a fondo para vigilar la venta de tabaco de contrabando y de drogas o la venta de alcohol a menores. Se ha comprobado que existen carteles prohibiendo la entrada de menores o el consumo de tabaco. También se ha revisado la existencia de botiquines y extintores y se han escudriñado neveras y almacenes para descartar la presencia de garrafón.

Esta campaña que la Guardia Civil interpreta como un control rutinario del sector ha cogido por sorpresa a los locales nocturnos, desde donde indican que nunca habían sido sometidos a una revisión semejante.

No obstante, a los empresarios que tienen todo en regla lo que más les preocupa es la vigilancia extrema que desde hace tres semanas se está haciendo de los horarios de cierre.

La mayoría de los bares de la zona de vinos tienen licencia para abrir hasta las tres de la madrugada y margen hasta las 3,30 horas para desalojar completamente el local. Los pubs pueden abrir hasta las 4.30 horas, con cierre a las 5.00. Por su parte, las discotecas -en la actualidad solo funciona una- pueden abrir hasta las 6.00 y desalojar antes de las 6.30.

Los propietarios de las tascas y pubs no se oponen al cumplimiento de la ley, pero consideran injusto que solo se esté vigilando este sector. Según explican, su demora en el cierre está motivada por la tardanza en la hora de llegada de los clientes a sus locales. «¿Cómo imos pechar os sábados ás 4.30 en punto se os clientes non chegan ós pubs ata as 2.30 ou 3.00 da mañá?», se preguntan. «Non hai local ó que lle compense pagar todos os impostos que hai que pagar para traballar duas horas á semana», explican.

Los empresarios de la noche sostienen que, para cambiar los hábitos, es preciso empezar por la base, garantizando que se cumplan también los horarios de cierre de restaurantes y cafeterías donde la clientela suele recalar primero.

Treinta personas a la calle

De lo contrario, los hosteleros están convencidos de que la movida -que según afirman ya está en horas bajas- acabará por desaparecer. «Os locales pecharán e, con eles pechados, podemos estar falando de máis de 30 personas na calle, entre empresarios e empregados», advierten.

Según el recuento que llevan los empresarios de la noche -que prefieren hablar desde el anonimato- desde que arrancó la campaña al menos han sido denunciados cuatro locales por incumplimiento de horarios.

Los dueños de los pubs no comprenden a qué responde tal celo en el control, sin mano izquierda ni concesiones de ningún tipo. Como ejemplo citan lo ocurrido el sábado pasado, con el cambio de hora. Jamás antes se había controlado el cierre en esas fechas conforme a la hora nueva, pero el sábado se hizo. Algún empresario asegura que, tras desalojar a su clientela y cerrar su pub se topó de camino a casa con alguna cafetería abierta.

Dicen que nunca antes se había controlado el cierre la noche del cambio de hora