El joven lalinense Nicolás Susena será ordenado diácono el próximo 4 de junio en Lugo, en un acto que presidirá el obispo
26 may 2017 . Actualizado a las 11:42 h.Ser sacerdote siempre estuvo en la mente de Nicolás Susena Presas. Sin embargo el «gran paso» llegó después de la selectividad, a los 18 años. Hoy con 24, está a punto de ser ordenado diácono en un acto fijado para 4 de junio a las 18.30 horas en la Milagrosa, en Lugo.
-Lo suyo es vocación desde la infancia.
-Si. Lo tuve claro toda la vida. Ya de pequeño decía que quería ser sacerdote pero lo veía como algo lejano en el tiempo. Realmente la llamada la sentí con 17 años y un año después al finalizar la selectividad entré en el seminario.
-¿Pertenece a una familia de sacerdotes?
-No. Soy el que abro el camino sacerdotal. Cierto que todos mis amigos son sacerdotes y eso hace que te sientas más en casa.
-A punto está de finalizar un máster en Madrid.
-Rematar la primera parte ya que me queda una segunda. El bachiller en Teología lo finalicé en junio de 2016, estuve realizando laboral pastoral en la Milagrosa y ahora estoy cursando este máster en Matrimonio y Familia en el Pontificio Instituto Juan Pablo II del que me resta todavía un año más.
-¿Defíname su ordenación?
-Es un momento muy feliz. Empieza por fin mi historia real para la que me preparé en un acto que presidirá el obispo, sacerdotes, seminaristas, mi familia, gente de la parroquia y también de la Puebla de San Julián donde estuve un año.
-Un futuro sacerdote muy amante de la música.
-Me gusta mucho. Voy a clase de piano, toco la guitarra, canto... Estoy convencido que a cada uno el Señor le da un don y creo que me regaló el de la música que pongo al servicio de los demás.
-¿Cómo ve la reorganización pastoral?
-Necesaria pero la gente tiene apego a su parroquia y el sacerdote a sus feligreses.