Saldos de menos de 250 euros pagan las comisiones más altas del mercado
08 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Una operación tan sencilla y rutinaria como la apertura de una cuenta corriente o de ahorro se complica por momentos para todo aquel que no disponga de nómina, pensión, prestación por desempleo o algún tipo de justificante de ingresos fijos regulares. Los bancos y cajas (hoy ya convertidas todas en bancos convencionales) extreman la petición de requisitos para los clientes menos adinerados. Ya no basta el DNI. El aspirante a cliente debe presentarse con la última declaración de la renta, hacer una aportación mínima de apertura (la cantidad está entre 150 y 250 euros, aunque varía en función de la entidad) y prepararse para encajar un sinfín de gastos de mantenimiento de ahorro.
La entidades financieras advierten al usuario de que no podrá disponer de tarjetas ni de ningún otro tipo de ventajas como las que disfrutan clientes con ingresos regulares, como anticipos mensuales, reducción de facturas o supresión de comisiones por domiciliación. Todo lo contrario. Las cuentas con saldos medios inferiores a 250 euros están penalizadas con las cargas por mantenimiento más elevadas del mercado que, en función de la entidad, llegan a los 24 euros de comisiones cada seis meses.
Según explica la OCU, un español, por un uso normal de su cuenta, le paga al banco de media casi 180 euros al año. En el caso de un cliente desempleado que no esté cobrando ninguna prestación, la cantidad se duplica, ya que, además de los gastos de mantenimiento, la cuenta lleva asociados costes por todo tipo de operaciones que realice, como pagos o transferencias. «Los consumidores estamos pagando la crisis de las entidades financieras a base de comisiones», denuncian en Adicae, organización de usuarios de banca.
Un caso aparte es el de los clientes desempleados que sí perciben el paro, ya que la domiciliación de la prestación por desempleo se ha transforma en una herramienta segura de ingresos para las entidades. A cambio de abrir una cuenta, los usuarios pueden acceder a una serie de ventajas especiales, como anticipos mensuales o una reducción de facturas.
En términos generales, un cliente con un saldo bajo en su cuenta comienza a ser rentable si tiene contratados, al menos, 5 productos. Si el volumen medio se sitúa en torno a 900 euros, tres productos bastarían. Y, si uno de los productos es la hipoteca, dos productos adicionales convertirían a un particular en «apto» para la cuenta de resultados de la entidad.
¿Qué dice el Banco de España? Pues que las entidades están en su derecho de extremar los requisitos e incluso a no abrir una cuenta si así lo consideran. «No existe ninguna normativa que obligue a un banco a abrir una cuenta. Es una libre prestación de servicio», dice un portavoz del supervisor financiero. Existe una recomendación de la UE que trata de garantizar que los consumidores tengan derecho a una cuenta de ahorro. «Pero de momento es solo una recomendación. Hoy los bancos deciden libremente los requisitos que quieren aplicar a sus clientes», apuntan las mismas voces.