Los países que vetan el «tax lease» en Bruselas fichan a ingenieros gallegos

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Astilleros de Holanda y Noruega incentivan la fuga de cerebros por 80.000 euros al año

07 mar 2012 . Actualizado a las 09:35 h.

Los astilleros europeos quieren deshacerse de la competencia española, pero no de los profesionales más cualificados del sector. La denuncia, encabezada por la compañía holandesa Damen Shipyard, mantiene bloqueada desde hace ocho meses toda posibilidad de arbitrar un sistema de bonificaciones fiscales (tax lease) que permita la contratación naval en España.

Pero gracias a esta parálisis de los astilleros españoles, Damen y otros grupos holandeses, noruegos, británicos y franceses han incorporado a sus plantillas a medio centenar de técnicos en ingeniería y arquitectura naval, una veintena de ellos procedentes de astilleros, oficinas técnicas y empresas de diseño gallegas.

Las ofertas no paran de llegar y la remuneración salarial que ofrecen -entre 50.000 y 80.000 euros al año (el doble de lo que se cobra en España)- es lo suficientemente tentadora sobre todo cuando la alternativa es el paro.

«La intensa actividad desarrollada en Galicia en los últimos años y la alta tecnología de los buques construidos ha dado como fruto una generación de ingenieros de élite que, al carecer de alternativa aquí, no tienen más remedio que buscar su desarrollo profesional fuera», explica un portavoz del Colegio Oficial de Ingenieros Navales.

El presidente de Aclunaga, Fernando Alcalde, denunciaba recientemente «la desaparición de muchos puestos de trabajo, de know how y capital humano irrecuperable». Pero la solución al tax lease se demora sin fecha y el goteo de esta fuga de cerebros forzosa es constante.

La experiencia profesional más demandada es la vinculada a las construcciones de apoyo a la industria del petróleo, como las plataformas offshore, una especialidad en la que astilleros como Hijos de J. Barreras, Vulcano y Metalships & Docks son referentes en Europa, con una decena de construcciones por valor de más de 2.000 millones de euros en los últimos cinco años. Otro reclamo importante es la labor de alta ingeniería desarrollada por Navantia para la serie de fragatas noruegas.

Las condiciones que ofrecen los astilleros europeos están respaldadas por carteras de pedidos boyantes que no paran de crecer, pero también por un reconocimiento profesional que se traduce en unos salarios históricamente más elevados que los españoles. Un recién titulado en España cobra, al menos en un astillero gallego, en torno a 30.000 euros brutos anuales, cuando en Noruega esa remuneración ya es superada por la de un obrero especializado, con una media de 32.000 euros al año. En Dinamarca, un trabajador del naval percibe de media en torno a 38.000 euros al año, mientras que en España el salario medio del sector es de 21.000 euros. En la industria alemana, la más fuerte de Europa, el sueldo medio anual de un empleado cualificado es de casi 35.000 euros, y el de un ingeniero llega a superar los 80.000.

Feijoo apremia al Gobierno

Ante esta situación de paralización casi total de los astilleros gallegos, tras ser barridos del mercado europeo, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, pidió ayer al Gobierno que negocie con el comisario europeo de la Competencia, Joaquín Almunia, para que los astilleros españoles tengan las mismas «oportunidades y competencias» que los europeos y, especialmente, los franceses. Tras una reunión con la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, denunció el perjuicio causado por la «no resolución» del conflicto abierto por la UE. «En Galicia se construye el 60 % de los barcos de España y ese bloqueo tiene en esta comunidad una mayor afectación».

Respecto a Navantia, «es un problema que se arrastra desde hace seis años y, por tanto, es necesario solventar los problemas heredados», afirmó.