La firma gallega abrirá el miércoles en Nueva York su nuevo modelo de tienda, un concepto que se estrenó el año pasado en la tienda de Marineda City de A Coruña
12 mar 2012 . Actualizado a las 23:30 h.Hace casi un año, Inditex inauguró en A Coruña una nueva tienda de Zara que poco tenía que ver con las que hasta entonces ocupaban los mejores locales de las ciudades de medio mundo. La firma gallega abrió en el centro comercial Marineda City las puertas de un nuevo concepto de tienda, pionera de su cambio de imagen y diseñada para que su producto -sus colecciones y sus diseños- fuese el gran protagonista.
Como no podía ser de otra forma, el lavado de cara de la marca más fuerte de Inditex comenzó en la tienda más cercana a las oficinas centrales de la compañía, ubicadas en Arteixo, para extenderse por otras ciudades del mundo, como Sídney, Oporto o Londres. Este proceso se completará este miércoles con la apertura en Nueva York del que será uno de los Zaras más emblemáticos del grupo. Aunque desde la compañía insisten en que cada tienda tiene algo diferente, su imagen sigue la misma línea. Línea que vio la luz por primera vez la pasada primavera en la tienda coruñesa.
La tienda de Marineda cuenta con alrededor de 2.000 metros cuadrados repartidos en dos pisos que abarcan todas las secciones de la marca: niño, hombre, mujer y trafaluc -la sección joven de la firma-. Al acceder a la tienda del centro comercial, el local se presenta como un espacio diáfano y muy sencillo, casi minimalista que, a primera vista, ofrece una sensación de sobriedad e incluso frialdad. La amplitud y esta estética neutra y despejada consiguen que lo único que llame la atención del lugar sean las prendas, eficazmente colocadas y distribuidas por el espacio para que se vean de forma directa: muy pocas están dobladas sobre las mesas -algunos pantalones y prendas básicas-, suelen estar colgadas de forma frontal en perchas o expuestas sobre estanterías para que puedan apreciarse de forma clara.
La frialdad inicial se compensa con la forma de estructurar el local, concebido a base de espacios independientes, a modo cubo, que funcionan como pequeñas boutiques. Así, la tienda crea una sucesión de pequeñas estancias donde se muestran las diferentes colecciones, sobre todo en la zona principal del local reservada a la sección de mujer. Esta especie de cajas, con tres paneles de los que cuelgan las prendas directamente iluminadas por focos bajos, están presididas por mesas centrales de varias alturas, sobre una alfombra en tonos piedra, que exponen de forma ordenada más material y proponen ideas para que el cliente cree su imagen de forma personal.
Y así, estas zonas más íntimas recorren todo el perímetro de la tienda, mientras que la parte central, el área más iluminada, se reserva a los zapatos y complementos, a biombos traslúcidos que muestran prendas básicas, y el fondo, a la caja central, enmarcada por pantallas con imágenes del catálogo. El diseño de los probadores, acondicionados con cómodos sofás en elegantes tonos grises, también responde a la idea central de boutique de boutiques que se quiere transmitir desde la compañía.
Adaptando el ambiente de la tienda a cada colección y a su identidad, otro de los pilares básicos de la nueva imagen, la sección más joven se ubica en el piso superior, con la música más alta y en un espacio más abierto, que evita esos cubos a modo de pequeñas estancias para exponer las prendas de forma más directa y visual.
La iluminación, los colores y los materiales -delicados y sostenibles- acaban de completar el nuevo concepto de las tiendas de Zara. El juego de luces -con una iluminación general y alta combinada con focos dirigidos directamente a las prendas expuestas-, los colores blancos, café con leche y la gama de grises, y la evocación de los tejidos en todos los materiales del local consiguen una especial uniformidad y personalidad, completada con sencillos maniquíes blancos, que hacen que las tiendas sean la mejor publicidad posible que pueda tener el grupo textil.