El ruido generado alrededor de las participaciones preferentes está haciendo mucho daño al sector financiero, el que comercializó con suma alegría entre 12.000 y 15.000 millones de euros solo desde el 2008. La organización Adicae calcula que hay 700.000 clientes atrapados en este producto de deuda perpetua vendido en muchos casos como un depósito convencional. Las entidades están tratando de atajar las quejas con varias soluciones que abren a la vez otros interrogantes. En Galicia, NCG están pendiente de cerrar una para los 900 millones (la mitad entre particulares) de sus preferentes.
convertir en acciones
Solución para las cotizadas. Es la vía a la que están recurriendo los bancos que están en bolsa. Ofrecer canjear la preferente por una obligación convertible, que es una deuda que se convertirá en una acción con el paso del tiempo. Lo ofertan Santander, BBVA, Bankia, La Caixa, Sabadell y el Popular. El banco gana, porque esas nuevas acciones le computan como capital de máxima calidad, algo que exigen las autoridades europeas (EBA). ¿Y el cliente? Logra liquidez si vende la acción, pero se expone a que los títulos bajen y pierda valor.
convertir en depósito
Una única entidad. Es la solución que reclaman muchos clientes, pero que por ahora solo ha propuesto una entidad, la vasca Kutxabank, para 150 millones. Ofrece un depósito a 3 años. Inconveniente: el cliente no puede disponer de su dinero hasta el 2015. Lo puede hacer porque no tiene ayudas públicas y no requiere autorización de Bruselas, que sí precisa NCG para lograr dar una respuesta a sus clientes.
aceptar una pérdida
Entre un 32 y un 53 % menos. Una entidad, Ibercaja, ha propuesto recomprar todos sus títulos (150 millones) a los usuarios, pero reduciendo un 32 % su valor. En el mercado en el que cotizan las preferentes el descuento es mayor, de un 53 %.
esperar por otra vía
A la espera de una solución global. Desde hace varias semanas, se busca desde las entidades, Ministerio de Economía, Banco de España y CNMV (que autorizaron esas preferentes) una solución estándar para todo el sector financiero, con el objetivo de acabar con un problema que engorda día a día. No la hay por ahora. Se están dando caso a caso. La otra opción, obviamente, es acudir a los tribunales ordinarios.