El naval gallego se quedará sin carga de trabajo después del verano

soledad antón / beatriz couce VIGO, FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

Oscar Vazquez

Dos mil trabajadores se manifiestan en Vigo en demanda de una solución para el sector

11 may 2012 . Actualizado a las 11:17 h.

El naval gallego se desliza por una pendiente que parece no tener fin. Del pleno empleo del 2009, con carteras de pedidos rebosantes y una potente industria auxiliar, se ha pasado a plantillas raquíticas, carga de empleo bajo mínimos y cierre de empresas. Los 16.500 puestos de trabajo directos que llegó a tener el sector (10.000 en la ría de Vigo y 6.500 en la de Ferrol) en pleno bum, apenas alcanzan hoy los 7.000, lo que supone una merma del 57 %.

Especialmente sangrante es la situación en la ría de Vigo, donde esa merma roza el 80 % y donde, además de dos centenares de firmas auxiliares, ha quedado también por el camino el astillero M. Cíes.

Los sindicatos, en esta ocasión de la mano, han optado por decir basta y han vuelto a la calle. Dos mil trabajadores recorrieron ayer Vigo en demanda de una solución. Creen que no hay otra forma de frenar la caída libre desde que hace diez meses quedó en suspenso el tax lease.

La carga de trabajo ha quedado reducida a la mínima expresión. De los 80 pedidos que marcaron un récord de producción hace dos años y medio, quedan apenas una decena, la mayoría en construcción tan avanzada que no garantizan trabajo más allá del verano.

Escasos pedidos

En el caso de los astilleros vigueses, solo Armón tiene ocupación (dos ancleros) hasta finales del 2013. En cuanto al resto, Freire no tiene más que un oceanográfico, que entregará en verano; Cardama está rematando un pequeño remolcador, y Metalships, un buque de apoyo a plataformas. Vulcano sigue a cero, como Barreras, en concurso de acreedores.

Respecto a la ría de Ferrol, Navantia aún mantiene tres buques en cartera. Dos de ellos están en su fase final y serán entregados el próximo verano. La sequía de contratos preocupa en Ferrolterra, que, debido al carácter público de ese astillero, está sujeto a las decisiones del Gobierno central. A partir de agosto solo se quedará en el muelle el segundo megabuque para la Marina de Australia y, aunque se lograse un encargo para otro barco militar, el empleo tardaría al menos otro año en recuperarse. Por eso, los trabajadores reclaman a la SEPI que dé luz verde a un dique flotante que serviría para reparar barcos de mayor tamaño y cuya fabricación generaría dos años de ocupación para 900 trabajadores. Por ahora, el Gobierno guarda silencio.

«Un clamor»

La protesta que ayer protagonizaron 2.000 trabajadores del sector en Vigo fue el prólogo de la manifestación ciudadana que los sindicatos, con el respaldo unánime del CES, han convocado para mañana y que esperan que sea «un clamor».

En la asamblea que se celebró al término de la marcha, los portavoces sindicales recordaron que el naval «es un pilar maestro de la economía de Galicia, un sector estratégico que lleva más de 100 años creando empleo y riqueza». El de CC.?OO., Ramón Sarmiento, dirigió sus críticas hacia la Xunta y especialmente al presidente Feijoo: «No se merece la posibilidad de volver a presentarse ante los gallegos», dijo. Por su parte, Diego Atanes, de UGT, subrayó que el problema no está en Bruselas, sino en los Gobiernos de Santiago y Madrid, «cuya incompetencia tiene al sector al borde de la desaparición».

Finalmente, César Rodríguez, de la CIG, quien señaló a los mismos culpables, se atrevió también a hacer autocrítica: «Tenemos que hacer de nuevo cuerpo. El sábado esta ciudad tiene que dar un golpe sobre la mesa. A los que miran para otro lado hay que obligarlos en la calle».