España pasa de tener tipos de los más bajos a rebasar los de Alemania
18 nov 2012 . Actualizado a las 06:51 h.Le ha resultado difícil de tragar, pero finalmente el Gobierno no ha podido eludir la cucharada de aceite de ricino que Bruselas le ha impuesto con la subida del IVA. Con el anuncio hecho ayer por el presidente Rajoy, los españoles habrán pasado, en dos años, a pagar cinco puntos más por el impuesto que grava el consumo y los servicios, independientemente de cual sea el nivel de renta.
El alza del tributo será de tres puntos para el tipo general, que pasará del 18 % actual al 21 %, mientras que el reducido se elevará dos puntos, hasta el 10 %, y solo el superreducido se mantendrá en el 4 %. El Consejo de Ministros dará mañana luz verde al decreto que incluirá la subida y que se publicará el «sábado o el lunes» en el BOE. Aunque la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró en los pasillos del Congreso que la medida se aplicaría «inmediatamente», desde el Ministerio de Hacienda no quisieron precisar su entrada en vigor, que incluso podría retrasarse hasta el 1 de agosto, según informó Reuters.
En cualquier caso, para las compras realizadas, pero que aún no se hayan abonado, será la fecha de emisión de la factura la que marque si se ve afectada por el aumento del impuesto.
Golpe al consumo
La subida del IVA ha sido, tal y como ayer admitió Rajoy en su intervención, una medida impuesta -desde el FMI hasta la Comisión Europea la exigieron reiteradamente- y a la que el Ejecutivo se ha resistido hasta el final. Y es que las críticas del PP a la misma decisión tomada en mayo del 2010 por José Luis Rodríguez Zapatero (incluyendo una campaña de recogida de firmas liderada por Esperanza Aguirre) no se han olvidado. En aquel momento el Gobierno socialista elevó dos puntos el tipo general y uno el reducido, mientras que hace seis meses, el nuevo Ejecutivo subió el IRPF argumentando que lo hacía precisamente para no tener que gravar más el consumo, es decir, para no tocar el IVA, algo desaconsejado en recesión.
Ahora ha sido imposible. De este modo, solo los productos de alimentación de primera necesidad, como el pan, la leche, el queso, los huevos, frutas y verduras; los medicamentos y prótesis; los libros y los periódicos y las viviendas de protección oficial, se salvarán.
Por contra, el resto de los alimentos, el material y la asistencia sanitaria, gafas y lentillas, el transporte de viajeros, las entradas a espectáculos de ocio (circo, teatros, fiestas o conciertos) y eventos deportivos, así como los servicios funerarios, el alquiler, las obras de rehabilitación y el turismo (incluyendo todos los servicios de la hostelería), pasarán a gravarse con un tipo reducido del 10 % en lugar del 8 % actual. El tipo general, que será del 21 %, se aplicará al resto de los productos y servicios.
En el promedio comunitario
Con la subida, España equipara su IVA a la media de la UE, que está precisamente en el 21 %, pero rebasa en un punto el promedio de la eurozona. De hecho, con el tipo general en el mismo rango que Italia, nuestro país superará a Alemania (19 %), Francia (19,6 % aunque Sarkozy aprobó elevarlo al 21,2 % a partir de octubre) o el Reino Unido (en el 20 %).
España ha pasado de estar entre los países con menor IVA -con Chipre (17 %) y Luxemburgo (15 %)- a situarse en la zona media. Hungría (27 %), Dinamarca y Suecia (25 %), Rumanía (24 %), Polonia, Portugal, Grecia, Finlandia e Irlanda (23 %) y Letonia (22 %) tienen tipos más elevados.
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