Víctimas de las preferentes toman otra vez la calle

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Álvaro Ballesteros

Miles de afectados por este producto financiero exigen en Santiago la devolución íntegra del dinero

23 jul 2012 . Actualizado a las 11:31 h.

En menos de dos días, las empedradas calles del casco viejo compostelano han vuelto a ser escenario de una multitudinaria protesta. El jueves fue el turno de los funcionarios y ayer el de los afectados por las participaciones preferentes. Unos cinco mil ciudadanos atrapados por este producto, pertenecientes a plataformas de toda Galicia, que hablaron alto y claro contra el arbitraje y para exigir la devolución íntegra del dinero. La vía autorizada por Bruselas y el Banco de España, anunciada esta semana, es para muchos una puerta falsa, que solo servirá para resarcir aquellos «casos más escandalosos», en palabras de Manel Salgado, portavoz de afectados de Ferrolterra.

Vestidos con camisetas de colores, con mensajes impresos y portando pancartas, los manifestantes, visiblemente indignados, lanzaron huevos contra los cristales de varias sucursales de Novagalicia Banco, sin que hubiera que lamentar más incidentes en una protesta marcada por una ira que la solución del arbitraje parece no contener.

Los temores

Arropando a los afectados estaba Francisco Jorquera, candidato del BNG a la presidencia de la Xunta, quien advirtió sobre la necesidad de dar una solución global a un problema en un contexto donde todo indica que las condiciones del rescate bancario impedirán la devolución total del dinero. Ese es, en gran medida, el temor de muchos de los afectados que se concentraron ayer por las calles de Santiago.

Una protesta que sirvió para ver con mucha exactitud cuál es el perfil del ciudadano atrapado en Galicia por las preferentes.

Gente de edad, trabajadora y la mayor parte de ella procedente del sur de Galicia era la que se veía ayer en Compostela. Para la mayoría, no fue la primera protesta. Participaron en más y hasta ahora no han visto una solución colectiva. Muchos de ellos -con una inversión media de 60.000 euros en el producto perpetuo- tampoco creen que la sentencia del juzgado de Cambados vaya a ser una solución para todos. Es lo que piden. Temen perder gran parte de los ahorros de toda una vida, y el oír hablar de una quita los estremece.

Acabada la manifestación, muchos de ellos se dirigieron a la dársena de San Francisco, cerca de la Catedral, donde aguardaban los autobuses. Por momentos, parecían confundirse con las frecuentes masas de jubilados que se dirigen desde allí a visitar la Catedral y su entorno muchos días del verano. Gente común, pensionistas muchos de ellos, pequeños ahorradores, seguramente incapaces de saber dónde se metían.

Surge el ingenio

Las situaciones de indignación colectiva suelen propiciar que se suelte el ingenio popular. Y algo de eso ocurrió ayer, con pancartas en las que se podía leer que «¡Ya no hay pan para tanto chorizo!» o que «¡Antes de perdonar tenemos que cobrar!», en clara alusión a la reciente campaña publicitaria emprendida por Novagalicia Banco. Hasta pudo verse a un afectado semidesnudo, con un calzoncillo rojo, que llevaba colgada una pancarta de madera que rezaba: «Me dejaste en pelotas». Así que una considerable representación de los 43.000 afectados que hay en la comunidad gallega dejaron claro que no les vale ni el perdón, ni el arbitraje, ni nada más. Solo quieren su dinero.

«Detrás de muchos afectados hay familias enteras, en las que existen muchas, grandes necesidades, en las que hay parados», aseguraba uno de ellos en la calle. Una calle que se ha convertido en una olla explosiva cuya tapa parecen empujar gentes de todas las edades. Al drama juvenil del paro se suman los hogares, cada vez con menos ingresos, y miles y miles de jubilados y pensionistas, que pensaban que contaban con un pequeño salvavidas para flotar. Y que ya no lo encuentran en medio de una tempestad.