Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

La potente Alemania, una sociedad a dos velocidades

berlín / colpisa / afp

ECONOMÍA

Un informe gubernamental alerta del debilitamiento de la cohesión social al aumentar la brecha entre ricos y pobres

24 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La pobreza creciente de algunos sectores de la población y los bajos salarios que condenan a la marginación a capas importantes de la sociedad empañan el retrato económico de una Alemania a la que todo parece salirle bien. Si bien la primera economía europea parece sobrevolar sin grandes problemas la crisis actual, sus ricos incluso están beneficiándose. El último informe gubernamental, publicado la semana pasada, lo confirma: el 10 % de los hogares alemanes más ricos poseen ahora el 53 % de los 10 billones de euros de riqueza privada del país. Hace diez años solo poseían el 45 %. En frente, la mitad de los hogares alemanes más modestos se reparten tan solo el 1 % de las riquezas frente al 4 % de hace diez años.

«Algunos salarios bajos, que ya no bastan, incluso trabajando a tiempo completo, para garantizar la subsistencia de una persona soltera, acentúan los riesgos de pobreza y debilitan la cohesión social», advirtió el Ministerio de Trabajo.

A menudo alabado en el extranjero por su flexibilidad y la baja tasa de desempleo que lo acompaña, los sindicatos y algunos economistas critican sin embargo cada vez más al mercado laboral alemán y denuncian la creación de una sociedad de dos velocidades. Entre el 2006 y el 2010, la proporción de trabajadores pobres en Alemania ha mantenido su tendencia al alza, hasta superar el 20 % en las empresas de más de diez empleados, según la Oficina Federal de Estadísticas Destatis.

La ausencia de un salario mínimo y la multiplicación de empleos precarios y de minitrabajos muy mal pagados debilitan la situación financiera de muchos. Y las dificultades no solo afectan a los empleados, sino también cada día más a los jubilados, víctimas colaterales de un mercado de trabajo poco protector. «Aunque haya cotizado 35, 40 o 45 años, aunque tenga un empleo cualificado y un salario fijo, no obtendrá una jubilación superior a un mínimo vital», advirtió recientemente la ministra de Trabajo, la conservadora Ursula von der Leyen, ante el Parlamento.

Según los investigadores del instituto macroeconómico de la Fundación Hans-Böckler, alguien que gana unos 2.000 euros al mes deberá haber trabajado 43,5 años en el 2030 para lograr una jubilación equivalente a apenas 700 euros. Sin olvidar que un buen número de mujeres se salen del mercado laboral en cuanto tienen hijos, por lo tanto no cotizan lo suficiente.

Pero la canciller alemana, Angela Merkel, que se enfrenta a unas legislativas cruciales en 12 meses y no quiere levantar las protestas de sus socios liberales con una costosa revalorización de las pensiones, se desmarcó del grito de alerta de su ministra. Sin embargo, «con las reformas de las jubilaciones y del mercado laboral de los diez últimos años, el riesgo de pobreza entre las personas mayores se ha disparado», afirma la Fundación Hans-Böckler. El riesgo de una situación a la estadounidense, con muchos jubilados obligados a hacer pequeños trabajos poco gratificantes para llegar a fin de mes, se amplifica.