La empresa se enfrenta esta mañana a un consejo clave, con divisiones, y a la espera de aclarar las cuentas
14 mar 2013 . Actualizado a las 11:40 h.La situación de Pescanova, una empresa de mar, se asemeja a un iceberg. Se sabe lo que hay en la superficie, pero muy poco de lo que hay debajo. La empresa se declaró en preconcurso de acreedores el 1 de marzo y desde entonces los movimientos que se han ido conociendo son algo confusos: reconocimiento de más deuda de la que figura; contrato y posterior suspensión del mismo con un banco asesor; suspensión de cotización por la CNMV, que ha abierto una investigación por posible uso de información privilegiada o alteración de precios...
El último movimiento se conoció ayer mismo, a través de un documento interno publicado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores. En ese informe se documenta que Luxempart, un accionista clave de la compañía (el tercero), vendió miles de bonos convertibles apenas una semana después de que se declarara ese preconcurso. En concreto, se desprendió de 172.890 títulos por los que pudo percibir algo más de cuatro millones de euros. Esos bonos son futuras acciones, que se pueden convertir en tales antes de febrero del 2019. La orden de venta se ejecutó el 7 de febrero (aunque comunicada ayer al supervisor bursátil), día en el que los títulos de la empresa repuntaron un 21 % tras jornadas de desplomes. En todo caso, no figura en el documento el comprador de esos bonos, y Luxempart se reserva aún otros 414.000 títulos, representativos de un 1,44 % del capital de Pescanova.
Este movimiento se suma a otros en vísperas de ese preconcurso. Entre enero y febrero accionistas relevantes como Carceller (de la empresa Damm) y dos fondos de inversión incrementaron su posición en la compañía. Y Alfonso Paz Andrade, ex consejero delegado, vendió miles de acciones.
Luxempart fue uno de los dos representantes del consejo (el otro fue Carceller) que se negaron a aprobar las cuentas del 2012, que aún están sin presentar. Este fue uno de los motivos que precipitaron la situación de preconcurso en la multinacional. Aunque la causa principal está en el endeudamiento de la compañía y la necesidad de refinanciar su pasivo. La compañía declaró en septiembre un volumen de deuda de 1.522 millones de euros, pero los bancos acreedores, con acceso al registro de riesgos del Banco de España, estiman que esa cifra puede llegar hasta los 2.570 millones sumando las filiales. Ese sería el máximo endeudamiento posible, según las fuentes consultadas, porque se podrían descontar algunas líneas de financiación.
Una cita crucial
La sociedad se enfrenta esta mañana a un consejo determinante, con varias claves, aunque sin orden del día escrito, según diversas fuentes. Se medirá el grado de discrepancias internas, y si ello puede derivar en cambios en la dirección. Manuel Fernández de Sousa tiene que renovar la presidencia en abril, y está por ver cuántos apoyos tiene en el consejo; algún miembro podría pedir hoy mismo su relevo ya para que otro directivo pilote la situación.
También urge definir con precisión la situación financiera del grupo y presentar las cuentas anuales ante la CNMV, después de que esta lo exigiera esta misma semana. Se prevé también abordar un calendario para refinanciar la deuda, y qué entidad asesora negocia con los 40 bancos acreedores. Ha quedado en suspenso el contrato con Houligan Lokey precisamente a la espera de lo que diga ese consejo. Y se prevé dar cuenta de una oferta por la filial Acuinova, vinculada al salmón. La presentará una firma noruega, y se desconoce el precio. Hace unas semanas Marine Harvest se interesó por esa división.