Los afectados residen en Moaña, A Lama y Baiona
03 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.En los últimos días, tres juzgados diferentes de la provincia de Pontevedra han dado la razón a otros tantos afectados por las preferentes. Novagalicia Banco, según ha determinado una jueza de O Porriño, tendrá que devolver 74.775 euros a una pareja de jubilados de Moaña, mientras que un homólogo vigués ha determinado que la entidad restituya los veinte mil euros invertidos por una vecina de Baiona y la titular del Juzgado de Primera Instancia número 4 de la ciudad del Lérez ha decretado la devolución de otros 5.520 euros a un residente de A Lama.
Con respecto al primero de los casos, se acreditó que la pareja invirtió todos sus ahorros (69.900 euros) en participaciones preferentes por consejo del interventor de la oficina de Puxeiros (Mos) y ahora el juzgado obliga a devolver esta cantidad más los intereses. «El interventor les explicó que se trataba de un depósito de alta remuneración sin riesgo y de fácil conversión del dinero en caso de que se necesitase disponer del mismo», señala el fallo judicial.
Sin embargo, a primeros del año 2012, cuando decidieron retirarlo se encontraron con la negativa de la entidad. Lo novedoso del caso es el reconocimiento de dolo, según el abogado Juan Gaisse. Así, se subraya que «hay dolo cuando con palabras o maquinaciones insidiosas de parte de uno de los contratantes es inducido el otro a celebrar un contrato que sin ellas no hubiera hecho».
Con respecto al supuesto de A Lama, el fallo sostiene que la problemática de las preferentes «no es tanto su carácter complejo, sino la forma en que ha sido comercializado». De este modo, manifiesta que «el contratante ignoraba las características del producto que estaba contratando, pensando que lo suscrito era un depósito a plazo fijo».
Para reforzar esta idea, la magistrada refiere que el afectado tiene únicamente estudios de FP en la rama de mecánica, con conocimientos financieros nulos y que nunca había adquirido productos bancarios especulativos. Ante esta tesitura, la sentencia es muy crítica con el responsable de la oficina donde suscribió las preferentes: «No se entiende cómo el director de la sucursal le ofrece y le vende tal producto que no es adecuado para él».
Al igual que el anterior, la vecina de Baiona fue representada por la abogada Ángeles Fernández Berceruelo y en su caso el magistrado también puso el acento en el abuso de la confianza: «Todo ha sido fruto de un burdo engaño».