La crisis de España es el paro

Juan Oliver REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La EPA arroja un saldo de más de 6,2 millones de parados y ningún síntoma de mejoría

26 abr 2013 . Actualizado a las 10:42 h.

Los fármacos no dan resultado, pero mientras el paciente se muere, el médico insiste en que el tratamiento es el adecuado. Creerle o no es solo una cuestión de fe, porque lo único cierto es que el mercado laboral español agoniza con más de 6,2 millones de parados y una tasa de desempleo del 27,16 %, cifras insólitas que pulverizan cualquier comparación con su historia reciente o con su entorno.

No hay, en la entrega de la encuesta de población activa (EPA) del primer trimestre del 2013 que ayer publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE), ni el más leve atisbo de mejoría, ni la más recóndita analítica que muestre algún dato esperanzador. Tampoco para Galicia, con 287.400 desempleados y una tasa del 22,35 %, y que solo puede encontrar consuelo en que sus niveles no son tan catastróficos como los de otras comunidades. En siete de ellas ya hay más de un 30 % de desocupados.

La enfermedad

Se acelera la sangría. España destruye empleo a una velocidad inaudita. Según la EPA, en el primer trimestre del 2013 se perdieron 322.400 puestos de trabajo con respecto al último cuarto del 2012. Una hemorragia de 107.000 empleos menos al mes, 3.500 menos al día, 150 menos cada hora... Y pese a que el Gobierno insiste en que la herida empieza a cerrarse, las cifras prueban que, al contrario, sigue agrandándose. En el último año se perdieron 798.500 puestos de trabajo, cuando en los doce meses anteriores fueron 718.500, es decir 80.000 menos. Hoy hay en España 16,6 millones de trabajadores en activo, la cifra más baja en once años. Galicia presenta idéntica herida: cuenta hoy con 998.500 activos, el peor dato en trece ejercicios, tras perder 27.500 en el primer trimestre del 2013 y 52.000 en los últimos doce meses.

El tratamiento

La quimioterapia de la reforma laboral. La EPA indica que hoy hay en España 237.000 parados más que en el trimestre anterior y 563.200 más que en el primero del 2012, cuando se puso en marcha la reforma laboral que el entonces recién llegado Gobierno de Mariano Rajoy justificó como tratamiento de choque imprescindible para combatir el desempleo. Desde entonces, en Galicia hay 21.800 parados más (10.000 más en el último trimestre). Las nuevas normas que abaratan y flexibilizan la contratación y el despido y que han vaciado las relaciones laborales de derechos individuales y colectivos, han funcionado, además, como una brutal quimioterapia sobre un organismo exhausto, al que la medicación ha dejado sin apenas defensas frente a la precarización y la temporalidad. Hoy hay 325.000 asalariados menos con contrato indefinido que hace un año, sin que la contratación temporal haya subido. Al contrario, ha caído en más de 414.000 personas.

La desesperanza

Dos millones en paro desde hace más de un año. Los trabajadores españoles en paro están perdiendo las esperanzas. El saldo entre la destrucción de empleo y el incremento del paro (235.000 personas en el último año) indica que cada vez son más quienes emigran o desisten de buscar un trabajo. Hay un dato abrumador: más de dos millones de desocupados llevan más de un año sin trabajo, cuando en el 2008 no llegaban a 240.000. En Galicia están en esa situación 159.000 desempleados, el 55 % del total.

Las heridas

Más de 1,9 millones de hogares condenados a la pobreza. La gravísima enfermedad que asola el mercado laboral español tiene su principal reflejo en la dramática situación que padecen millones de familias condenadas a la pobreza por la falta empleo. Ya son 1,9 millones los hogares españoles con todos los miembros activos en paro, un 10 % más que hace tan solo un año y un 4 % más que hace apenas tres meses. En Galicia son 93.000 hogares, es decir un 12,5?% más que hace doce meses.

La fiebre

La mitad de los jóvenes gallegos están en paro. España también está condenando a la desesperanza a una generación entera de jóvenes, muchos de los cuales se han visto obligados a interrumpir abruptamente su formación para buscarse un modo de vida porque sus padres, sencillamente, no pueden mantenerlos. Solo así se explica que en España, pese a las oleadas de emigración joven de los últimos años de crisis, la tasa de paro entre los menores de 25 años siga creciendo. El termómetro ya llega al 57,2 %, con siete autonomías por encima del 60 %. En Galicia, por primera vez en la historia, el paro juvenil ya supera el 50 % con 36.700 parados de menos de 25 años.

El síntoma ya es el mal

Como un tumor. Lo peor de todo es que el desempleo se extiende como un tumor maligno, porque frena el consumo, impide el crecimiento, resta ingresos al Estado vía impuestos y multiplica sus gastos en subsidios y prestaciones. No son datos de la EPA, pero las últimas estadísticas de la Agencia Tributaria indican que la recaudación por el IRPF, cuya base son las rentas del trabajo, se ha desplomado un 30 % con la crisis. Son 15.081 millones de euros menos, el equivalente a 1,5 puntos del PIB. El paro ya no es un síntoma de la enfermedad de España. Se ha convertido en la enfermedad misma.