Ferrol ve con temor la operación

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

ángel manso

Al naval de la ría le preocupa que Pemex opte por hacer los dos floteles en Barreras

02 may 2013 . Actualizado a las 13:50 h.

Harían falta muchos floteles para sacar al naval ferrolano de la crisis de ocupación y empleo en la que comenzó a sumergirse hace dos años y en la que asoma ya la amenaza de la parálisis total de los dos gigantes de la ría. El buque hotel para Pemex no servirá para generar el trabajo suficiente para toda la plantilla directa de Navantia Fene-Ferrol (2.200 empleos), pero es la única tabla de salvación a la que se agarra el sector en la comarca. Es el único pedido que al menos puede frenar su descenso a los infiernos y, lo que no es menos importante, insuflar algo de optimismo a unas plantillas psicológicamente tocadas tras dos años de movilizaciones en la calle y a una población, la ferrolana, azotada por una tasa de paro que alcanza ya al 32 % de sus vecinos.

¿Cómo se recibe en Ferrol el desembarco de Pemex en Barreras?

Con cautela y temor. Por un lado, se carece de información oficial sobre la operación, pero despierta resquemor. José Blanco, secretario del comité de empresa de Navantia Ferrol, aseguró sentirse preocupado. «Máis que solucionar o problema, pode supoñer que se desvíe o noso contrato», manifestó. Víctor Ledo, secretario comarcal de la Federación de Industria de CC.?OO., señaló que la entrada de Pemex en Barreras puede servir para desbloquear el proceso, pero advirtió de que de igual manera que cuando desde la Xunta se había apuntado la posibilidad de que los dos buques se hiciesen en Ferrol y las plantillas de Navantia se solidarizaron con la de Barreras, ahora «esperemos que se mantenga lo pactado».

¿Por qué ese miedo?

Hasta ahora, el ocultismo ha reinado en torno al contrato de los barcos hotel. Pese a que tanto Pemex como Barreras, la Xunta y Navantia han insistido en reiteradas ocasiones en que los encargos son firmes, también han apelado a las cláusulas de confidencialidad para no enseñarlos a los representantes de los trabajadores. Por ello, temen que si Pemex se hace ahora con un astillero en Galicia, prefiera utilizar esas instalaciones para llevar a cabo los dos buques y prescindir del pedido de Navantia.

¿Cuándo tenía que haber comenzado la obra?

Los contratos se firmaron en septiembre del pasado año. Entonces se anunció que la fabricación se iniciaría en el primer trimestre del 2013, pero ya se han superado los siete meses desde la rúbrica del encargo y sigue sin fijarse una fecha. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, había asegurado que en marzo se estaría cortando chapa -las planchas de acero con las que se hace un buque-, pero no se ha cumplido.

¿Se está llevando a cabo algún trabajo?

Sí. En el astillero ferrolano hay una oficina específica para este programa, que ya ha llevado a cabo trabajos de las especificaciones técnicas e incluso se ha elaborado ya el plan de prevención. El presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, afirmó en la última comparecencia en el Congreso que el astillero tiene todo listo para empezar la obra, solo falta que lo diga el cliente, es decir, la petrolera mexicana. Mientras que en el sector crecían las expectativas en las últimas semanas de que los trabajos pudiesen comenzar en breve, otras fuentes apuntan a que hasta octubre no se producirá el pistoletazo de salida a la obra.

¿Qué puede pasar en estos meses?

El sector naval ferrolano está en estado crítico. Parte de la plantilla directa de Navantia está en subactividad, es decir, no tiene trabajo. Hay talleres e instalaciones de las factorías que ya están cerradas. En la antigua Astano, mayo es el último mes con algo de ocupación, y ese algo es la fabricación de un bloque para los destructores australianos. A partir de junio, el vacío absoluto. En Ferrol el único buque en construcción, el Adelaide, se entregará en diciembre, pero a partir del verano ya apenas generará ocupación. Con estos mimbres, los representantes de los trabajadores temen un nuevo ajuste en el sector naval público.

¿Cómo ha afectado la crisis a las firmas auxiliares?

De los casi 4.000 operarios auxiliares que llegaron a trabajar en los astilleros públicos de la ría ferrolana en los momentos álgidos de la actividad, en estos momentos solo quedan 1.800. La caída en la actividad ha disparado los niveles de paro de la comarca y además ya se ha llevado por delante a varias empresas. Una decena tienen expedientes de regulación activos.

¿Reportará contratos el mercado exterior?

Navantia es favorita en Turquía para un contrato para el diseño de un megabuque, cuya adjudicación ha vuelto a retrasarse. Arabia y Brasil también podrían reportar encargos, pero no se esperan a corto plazo. Y se está negociando con Australia dos buques logísticos que podrían fructificar en el 2014.