La industria de Galicia advierte de que será barrida sin aranceles en la UE
11 may 2013 . Actualizado a las 14:28 h.Las negociaciones abiertas entre la Unión Europea y Tailandia para alcanzar un tratado de libre comercio han encendido todas las luces rojas en el sector conservero gallego, que emplea a 11.200 personas. De suprimirse los aranceles comunitarios a la importación de atún asiático, ahora situados en el 24 %, la industria española, mayoritariamente gallega, podría ser barrida del mercado europeo, donde comercializa la mayoría de sus exportaciones. Tailandia, que vende en Europa 75.000 toneladas de atún anuales pese a las barreras arancelarias, coloca sus latas en la UE a un precio un 30 % inferior al de la conserva gallega. «Este diferencial obedece a una serie de factores que son una clara competencia desleal», precisa Juan Manuel Vieites, secretario general de la patronal conservera española Anfaco-Cecopesca.
Tailandia logra fabricar su atún a un valor que es un tercio inferior al español básicamente por la confluencia de varios factores: primero, por el coste salarial. Mientras que un trabajador tailandés percibe unos 150 dólares al mes, esa cifra se eleva en España hasta los 2.000 dólares, según los datos de Anfaco. Es decir, 13,3 veces menos. Pero hay otras variables que influyen en la brecha: mientras aquí se trabajan 1.700 horas al año, allí se duplica esa cifra. A esto se suma la ausencia de un control de trazabilidad en Asia en toda la cadena -desde el origen hasta el etiquetado- lo que reduce los costes de producción y otro factor determinante: el aprovisionamiento de pescado ilegal. La industria de Tailandia, primer productor mundial, compra el atún a pequeñas embarcaciones que faenan en el Pacífico occidental sin apenas vigilancia, lo que reduce mucho el coste de la materia prima. «Nosotros estamos dispuestos a competir, pero siempre en condiciones de equidad: el sector conservero español no puede ser rehén de los intereses comunitarios en otros sectores, como la automoción, y por eso hemos pedido al ministro que presione a la UE para que excluya al atún del tratado de libre comercio», precisa Vieites.
La industria conservera gallega sostiene que el producto asiático compite en precio, pero no en calidad, preparación e innovación. A su modo de ver, el principal problema de la UE con la importación de las conservas asiáticas es que los controles de calidad solo se circunscriben al producto envasado, pero no a toda la cadena: desde el origen, con la captura del pescado, pasando por la transformación, con prácticas laborales abusivas, hasta los controles higiénico-sanitarios. El Gobierno, con Arias Cañete a la cabeza, se ha comprometido ya con Anfaco a defender el sector atunero español ante la UE.