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El pensionista actual perderá entre 51 y 61 euros al mes en el 2020 con la reforma

Amparo Estrada / Colpisa

ECONOMÍA

En términos nominales la prestación no bajará, pero sí su poder adquisitivo

04 jun 2013 . Actualizado a las 09:02 h.

La reforma de las pensiones planteada por el comité de expertos designado por el Gobierno provocaría una pérdida real de poder adquisitivo a los jubilados actuales de entre 51 y 61 euros mensuales en el 2020, que llegaría a ser de 74 en el 2030 en el escenario más pesimista, tomando como referencia una prestación media de mil euros mensuales. Por lo tanto, la pensión se reduciría hasta un 6,1 % en el 2020 y hasta un 7,4 % en el 2030. En el escenario más optimista podrían llegar a incrementar su poder adquisitivo en 36 euros más al mes en el 2030. Son cálculos de los propios expertos del comité que plantea introducir un factor de sostenibilidad que tenga en cuenta la esperanza de vida y los ingresos y gastos del sistema de Seguridad Social.

En el borrador del informe se incluyen varios supuestos de qué pasaría con las pagas en función de los escenarios macroeconómicos considerados (con crecimientos del PIB que van desde el 1,5 hasta el 2,75 %). En términos nominales, las prestaciones nunca disminuirían, pero lo importante es la capacidad adquisitiva de los jubilados.

El factor de sostenibilidad que plantea el comité de expertos consiste en dos tipos de ajuste. Por un lado, propone que se ligue a la esperanza de vida de forma que, cuando una persona se jubile, el importe de la pensión se calcule en función de los años que vaya a cobrarla. Si la esperanza de vida de su generación ha aumentado, su paga mensual disminuirá en función de un coeficiente de «equidad intergeneracional» para que no haya una generación que cobre más que otra teniendo en cuenta la totalidad de los pagos. Esta es «una idea típica del sistema de capitalización», señala Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social entre el 2004 y el 2011. Y el sistema español es un sistema de reparto, no de capitalización.

El segundo ajuste que defiende el comité es que la actualización de las pensiones se realice en función de cómo se comporten los ingresos y los gastos de la Seguridad Social en la parte contributiva del sistema. Una manera de ligarlo a la evolución económica. Se abandonaría totalmente la revalorización conforme a la inflación y la pensión subiría solo si los ingresos son mayores que los gastos a lo largo del ciclo. Granado advierte de que el informe de los expertos «quiere cambiar la filosofía» de lo que la ley de 2011 estipuló que fuera el factor de sostenibilidad, que consistía básicamente en que determinados elementos -como la edad de jubilación, los años de cotización exigidos para acceder a la jubilación o la base reguladora sobre la que se calcula la pensión- evolucionaran según la esperanza de vida.

«Han ido a resolver los problemas no del futuro sino del presente», se lamenta el ex secretario de Estado.