La crisis devuelve el empleo en la industria gallega al nivel de 1997

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

El sector, estratégico para Galicia, ha perdido 67.000 puestos de trabajo desde el inicio de la recesión

17 jun 2013 . Actualizado a las 12:37 h.

Los últimos datos revelados por la encuesta de población activa (EPA), relativos al primer trimestre del 2013, muestran que el empleo en el sector industrial gallego, el que agrupa una mano de obra más cualificada, cuenta con 154.100 ocupados. Es decir, 67.000 menos de los que tenía en el 2008, al comienzo de la grave recesión económica. Y un nivel de ocupación similar al de 1997. Esto supone que la grave crisis económica que sacude Galicia la ha hecho retroceder más de tres lustros en términos de empleo industrial. Esta es una de las conclusiones que también recoge un informe realizado recientemente por el gabinete técnico de Comisiones Obreras de Galicia, elaborado por los economistas Manuel Lago y Maica Bouza.

«O proceso de desindustrialización, de desertización industrial, está sendo durísimo pois xa se perderon o 30 % dos empregos industriais que había ao inicio da crise», recuerda Lago.

Los datos que trimestralmente divulga el INE sobre el comportamiento del mercado laboral muestran en Galicia una evidencia. Lo que se inició como una crisis en la construcción, consecuencia del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, ha continuado luego como una crisis industrial que, finalmente, se ha generalizado también a los servicios, públicos y privados, que están perdiendo también empleo de forma vertiginosa.

Los expertos alertan del daño que supone para la comunidad la desertización industrial. No tanto por ser un sector que da estabilidad al empleo sino porque, a diferencia de otras actividades, tiene un efecto multiplicador mucho mayor, tanto por lo que respecta al conocimiento como por el peso que tiene en las exportaciones gallegas.

Una parte de la crisis de empleo industrial que padece Galicia podría definirse como keynesiana, al tratarse de un problema de desplome de la demanda. Firmas que ajustan puestos de trabajo por este motivo, pero que no se deslocalizan. Es el caso, por ejemplo, de la maderera Finsa, que, previsiblemente, recuperará el nivel de empleo a medida que mejoren los pedidos.

La otra cara

La otra cara de la crisis industrial de Galicia, bautizada por algunos como schumpeteriana, tendría lecturas más desalentadoras. Es decir, sectores de actividad que desaparecen para siempre aunque se recupere el nivel de demanda industrial.

Esto es lo que ocurrirá, presumiblemente, con toda la destrucción del tejido de la industria auxiliar eólica, firmas como Gamesa, Alston, LM Composites, entre otras muchas, que han optado por hacer las maletas ante el desplome de un sector y que, a buen seguro, no volverán a localizarse en territorio gallego. A lo largo de las últimas décadas, la comunidad no ha sabido tejer una estrategia encaminada a fijar inversión extranjera directa. Primero fue la falta de suelo industrial y ahora una grave crisis económica que parece disuadir, al menos de momento, a los inversores.

Desde que se inició la crisis en el 2008, Galicia perdió un tercio de su empleo industrial.

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