España esquiva por el momento el segundo rescate bancario

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / E. LA VOZ

ECONOMÍA

El miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo, Jörg Asmussen, con De Guindos.
El miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo, Jörg Asmussen, con De Guindos. OLIVIER HOSLET< / span>

Los 40.000 millones ya inyectados serán suficientes si se completa la reestructuración

09 jul 2013 . Actualizado a las 10:35 h.

Los ministros de Finanzas del euro ratificaron ayer en Bruselas las conclusiones del informe de la troika en el que se confirma que España no necesitará recurrir a un segundo rescate antes de terminar el programa de reformas para poder recapitalizar sus bancos si se compromete a seguir aplicando los planes pendientes. Según el Eurogrupo, el proceso de reestructuración del sistema financiero español va por buen camino y las necesidades de liquidez cada vez son menores. Los bancos españoles deberían estar preparados en enero del 2014 para desbloquear definitivamente el flujo del crédito bajo el paraguas del Banco Central Europeo (BCE). En esa fecha expira el programa de reformas a cambio de 40.000 millones.

La incógnita es qué pasará después. Las dudas sobre la hipótesis de que España necesite una supervisión de refuerzo y 20.000 millones adicionales no acaban de ser disipadas. Mientras el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, se afanó ayer en repetir que la situación por el momento está controlada y no será necesaria una segunda ayuda al finalizar el programa, se mostró cauto y advirtió que todo dependerá de si se continúa aplicando el calendario previsto: «Ha habido progresos y éxitos pero el programa hay que terminarlo», aseguró. El ministro español de Economía, Luis de Guindos, negó tajantemente esta posibilidad: «El Memorándum de Entendimiento expira en enero y ahí acaba. Hemos cumplido con todo lo que se nos ha exigido y nuestros bancos no necesitan más capital».

Otro golpe a la credibilidad

Un segundo rescate complicaría todavía más la difícil situación que atraviesa España. Otro golpe a la credibilidad y confianza de las entidades intervenidas. No se trata solo de cifras, el Gobierno español quiere evitar a toda costa esa supervisión para huir de nuevos sacrificios y de la desconfianza de los mercados en el sistema bancario español, que afecta directamente al flujo del crédito a las pymes, fundamentales para recuperar el tejido productivo que la crisis ha destruido.

La esperanza que ahora tiene el Gobierno es que la unión bancaria y la intervención del BCE ayuden a disminuir la fragmentación financiera de la Unión y las pymes españolas puedan acceder al crédito sin tener que pagar más que sus competidoras alemanas. Draghi anunció ayer en el Parlamento pasos en esa dirección: «Hay que tener en cuenta que los bancos no prestan dinero por falta de capital y ahí es donde nosotros podemos y estamos actuando», aseguró. Sin embargo, dejó claro que la autoridad bancaria europea tiene sus límites: «No podemos obligar a los bancos a prestar dinero a pymes que no tienen clientes», afirmó, tras reconocer que el principal obstáculo que atraviesan las pequeñas y medianas empresas es la falta de clientes seguido de la falta de crédito.

A España todavía le queda superar una última prueba de fuego, el último examen de la troika. Si lo supera y el programa se aplica con éxito, podrá dar esquinazo definitivo a un nuevo rescate.