El informe del auditor constata la quiebra técnica de la firma, con 927 millones de agujero
11 jul 2013 . Actualizado a las 20:54 h.El propio Manuel Fernández de Sousa, presidente de Pescanova, fue quien tomó la decisión de contratar a un auditor externo -finalmente fue KPMG- para que realizara una auditoría forense que certificara realmente qué había ocurrido en la empresa y en qué condiciones económicas estaba la multinacional. Y las conclusiones han sido una auténtica bofetada en su cara. Sitúa directamente al presidente -imputado junto a su cúpula directiva en la Audiencia Nacional por varios delitos societarios- entre la espada y la pared de la justicia. Porque el informe sostiene que «existen indicios fundados de que determinadas personas de la cúpula directiva de Pescanova han instruido, ejecutado, llevado a cabo o conocido, en mayor o menor medida», irregularidades «contables y financieras» para ocultar la deuda real y lograr financiación.
La auditora KPMG entregó ayer su esperadísimo informe forense al juez Ruz, que investiga el caso en la Audiencia Nacional, así como a los miembros del consejo de administración de la pesquera y a su administrador concursal, Deloitte, que a su vez trasladó las principales conclusiones del mismo a la CNMV.
Sousa y otros cinco directivos
El documento completo (de más de 300 páginas) señala directamente a Fernández de Sousa, así como a otros cinco directivos -entre ellos, Joaquín Viña, responsable de Auditoría Interna y relaciones con los inversores, y a Antonio Táboas, director financiero, ambos imputados también por Ruz- de haber «diseñado y ejecutado prácticas contables cuyo objetivo era presentar una deuda financiera del grupo inferior a la real y, consecuentemente, una cifra de resultados superior a los realmente generados».
Y detalla algunas de las prácticas empleadas para conseguir financiación: formalización de créditos documentarios sin que existieran transacciones reales con mercancía, utilización de estructuras societarias instrumentales para generar financiación bancaria y resultados ficticios, líneas de factoring dispuestas sin sustancia económica...
Un enorme agujero contable
Lo más sorprendente del documento es la revelación de que el patrimonio neto del grupo al cierre del 2012 era negativo por un importe de 927 millones. Es decir, que en lugar de tener activos millonarios -la última cifra presentada por la pesquera era positiva, de 148 millones de euros- lo que había en cambio era un enorme agujero que, sumado a los más de 3.000 millones de deuda, se traduce en una situación de quiebra técnica de la compañía.
El documento también confirma la existencia de «discrepancias significativas» entre los resultados de su investigación y la contabilidad que presentaba oficialmente Pescanova. Así, cuantifica que la deuda financiera neta del grupo a fecha 31 de diciembre del 2012 ascendía a 3.281 millones de euros, mientras que en las cuentas no auditadas que la empresa envió en abril a la CNMV el dato era menor: concretamente 3.056 millones.