Manuel Fernández de Sousa dimite como presidente de Pescanova

ECONOMÍA

Fernández de Sousa, a su llegada al consejo
Fernández de Sousa, a su llegada al consejo M. Moralejo

La junta directiva de la compañía reunida en Chapela aceptó por unanimidad la renuncia. «Ha habido errores», reconoció emocionado el ya expresidente

18 jul 2013 . Actualizado a las 00:44 h.

Manuel Fernández de Sousa ha dejado de presidente del grupo Pescanova. El hasta ahora principal responsable de la empresa de alimentación planteó su dimisión en el consejo de administración que se ha celebrado en la sede de Chapela, y la junta ha aceptado por unanimidad la renuncia. De Sousa, visiblemente emocionado a la salida de la reunión, justificó su renuncia como presidente de Pescanova en que «ha habido errores», como puso de manifiesto la auditoría de KPMG, y que como máximo responsable de la empresa asume su culpa. Ahora, una junta general de accionistas convocada para el 12 de septiembre decidirá el nuevo presidente de Pescanova.

«Todos los errores tienen explicación, pero no dejan de serlo, fueron errores importantes. Después de 37 años me quedo con la idea de que Pescanoca es una gran empresa y en este tiempo hemos conseguido que siguiera viva, con sus trabajadores cobrando y los barcos pescando, y ése era el objetivo que yo tenía que tener. Nadie es insustituible, yo tampoco lo soy», dijo Fernández de Sousa a la salida del consejo de Pescanova.

La de Fernández de Sousa no fue la única dimisión. También presentó su renuncia ante el consejo de administración de Pescanova Ana Belén Barreras Ruano, consejera dominical en representación de Transpesca.

La cita se prometía movida. El consejo de administración estaba previsto para el 31 de julio. Aunque mantenía el orden del día previsto en la anterior convocatoria, se adelantó para agilizar y dar rapidez a cualquier decisión que se tenga que tomar de cara al futuro de Pescanova después del demoledor informe forense realizado por KPMG. El texto revelaba que en los últimos ejercicios se diseñaron y ejecutaron prácticas contables para ocultar deuda, y que estas prácticas eran «instruidas, ejecutadas, llevadas a cabo o conocidas, en mayor o menor medida», por miembros de la cúpula directiva.

La dimisión planteada por Fernández de Sousa llega tras ser señalado por KPMG en el amaño de las cuentas de Pescanova para ocultar la deuda. «Existía una persona, Manuel Fernández de Sousa-Faro, presidente de la compañía, quien según se desprende del trabajo de análisis realizado, instruía y/o consentía la ejecución de las operaciones e irregularidades aparentes llevadas a cabo», relataba el informe que ha precipitado la dimisión planteada por el presidente del grupo.

Hace una semana, el accionista de Pescanova, Damm, aseguraba que el informe forense de KPMG sobre Pescanova «es contundente» y que Manuel Fernández de Sousa «está ya amortizado, y que lo que sorprende es que no haya presentado aún su dimisión». Hace un mes, un céntrico hotel de Madrid acogía otro consejo de administración de Pescanova que Fernández de Sousa convocó por sorpresa, que le sirvió para burlar de nuevo la exigencia de dimisión planteada por Damm y Luxempart, segundo y tercer accionistas del grupo. «El consejo, por mayoría, ha ratificado su confianza en el presidente», manifestaba Fernández de Sousa al término de aquella reunión, asegurando, con absoluta apariencia de tranquilidad: «Nunca me he sentido solo».

Al término del consejo de hoy, Carceller se ha manifestado en términos similares a los de hace una semana: el informe de KPMG ha sido «tan demoledor y rotundo» que el presidente de Pescanova «no ha tenido más remedio que dimitir, lo que equivale a asumir su responsabilidad». Ha indicado, además, que ahora se abre una nueva etapa para la compañía de alientación y que hay que asegurarse de que las prácticas corruptas del antiguo equipo se acaben con de Sousa. También ha subrayado que es responsabilidad del consejo de administración nombrar al presidente que «más garantías pueda dar a la continuidad de la sociedad».