¿Cómo se reparte el ajuste?

maría josé alegre MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Las renovables, las tradicionales y los consumidores deben asumir 4.500 millones

29 jul 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

Asegura el Gobierno que, si hubiera dejado las cosas tal cual, el desfase entre costes e ingresos del sistema eléctrico hubiera engordado al ritmo de 10.000 millones cada año. Descartado que ese impacto recayese en los Presupuestos, la factura que pagan todos los contribuyentes hubiera sido un aumento de tarifa del 42 %. La reforma adoptada tiene, entre otras, estas consecuencias.

Autoconsumo. Generar tu propia electricidad con tecnologías renovables y verter el resto a la red no es una opción favorecida por los cambios. Los costes de estas instalaciones han bajado, lo que hace asequibles pequeños proyectos de este tipo. Pero la norma propuesta no contempla producir electricidad y verter el sobrante a la red, ni vender el exceso. Para quien produzca y consuma, se ha previsto un «peaje de respaldo» disuasorio. Puede costar hasta un 27 % más que estar enganchado a la red.

Bono social. La protección, que ahora consiste en una congelación del precio de la luz, alcanza en la actualidad a 2,7 millones de familias. El beneficio quedará reducido, porque las tarifas subirán en torno al 7?%. Y el colectivo quedará limitado, al combinarse los requerimientos con la renta disponible de los hogares favorecidos. Una familia numerosa abandonará la consideración de beneficiario si ingresa más de 34.691 euros anuales.

Ciclos combinados. Son centrales térmicas que queman gas y fueron la estrella de las inversiones. Se trata de 67 grupos con una potencia instalada de 26.251 megavatios que en el primer trimestre del año apenas funcionaron al 10 % de su capacidad. Estas instalaciones de respaldo llegaron a cobrar en concepto de pagos por capacidad hasta 40.000 euros por megavatio instalado. Ahora se prevé limitar el abono a 10.000 euros. De los 25.000 megavatios instalados, Industria ha sugerido la posibilidad de poner en hibernación entre 4.000 y 6.000 megavatios.

Déficit. Se generó por las diferencias entre costes reconocidos e ingresos. A futuro, no podrá superar más del 2,5 % de los ingresos anuales del sistema. El gran cambio es que, si el Gobierno no lo compensa con la subida automática de los peajes regulados, lo pagarán todos, las eléctricas tradicionales, el resto y hasta el gestor del sistema, REE.

Entrega. Las eléctricas tradicionales han puesto el grito en el cielo. Iberdrola estima que su retribución, basada en el bono soberano, no cubre los costes de capital, ni garantiza la suficiencia de ingresos. Advierte de un freno de la inversión.

Impacto. Empresas y sectores han puesto cifras a los sacrificios exigidos. El presidente de Iberdrola denunció que el reparto de los sacrificios no es equitativo. Antes de impuestos, ha estimado el impacto negativo para esta compañía en 170 millones este año y 260 millones el próximo, sin tomar en cuenta las renovables. Gas Natural Fenosa calcula impactos de 270 millones entre los dos ejercicios, a los que suma la pérdida de 137 millones en pagos por capacidad por los ciclos combinados.

Mercado. La reforma no ha hecho frente al principal desequilibrio. El precio de la electricidad en el mercado mayorista arroja fuertes oscilaciones y el regulador ha sospechado la existencia de intervenciones. Su funcionamiento no se verá afectado.

Renovables. Representan el gran cambio. Desaparecen las primas a la producción que cobraban, reemplazadas por una rentabilidad que el Gobierno estima será «razonable». Se tomará en cuenta «toda la vida» de la instalación. En octubre se conocerán los costes estándares. La penalización pone en el punto de mira a las inversiones renovables.