El diferencial con el bono alemán cae a 278 puntos, frente a los 649 de julio del 2012
13 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Nada que ver con los dos últimos. Por fin un verano tranquilo en los mercados. Cortesía del BCE. Hace ya algo más de un año, el 26 de julio del 2012, que el guardián del euro dejó claro que haría todo lo que estuviera en su mano para preservar el euro. Y el conjuro antiespeculadores conserva todas sus propiedades curativas. Para muestra, un botón: la prima de riesgo española, que el 25 de julio del año pasado se asomaba al abismo de los 650 puntos, cerró ayer en 278, lo que supone adentrarse en los mínimos de los dos últimos ejercicios (en mayo pasado bajó hasta los 275, pero solo fugazmente). A los bonos españoles a diez años se les exigía ayer una rentabilidad del 4,48 %, a años luz de aquel terrorífico 7,75 % de julio del año pasado. Por los títulos germanos al mismo plazo se pedía un 1,7 %.
Y eso que Grecia está otra vez por aguarnos la fiesta. Dice el todopoderoso Bundesbank alemán que el país heleno precisa otro rescate. En un documento interno, dirigido al Ministerio de Finanzas alemán y al FMI, la autoridad monetaria germana da por hecho que «los europeos deberán aprobar, como sea, un nuevo paquete de créditos a Grecia a principios del 2014». Y deja caer, aunque sin llegar a afirmarlo, claro, que si el Gobierno de Merkel no habla de esa posibilidad es porque no quiere que la cuestión helena interfiera en la campaña electoral. La cita con las urnas es el 22 de septiembre y la canciller no quiere problemas.
El legendario Buba (así llaman los germanos a su banco central) considera «infundado» el optimismo que reina en Berlín y en otras capitales europeas sobre el futuro de las finanzas helenas. «Los riesgos de un nuevo rescate son extraordinariamente altos», subraya el documento, que pone en duda la capacidad del actual Gobierno griego para sanear las cuentas y aplicar las reformas a las que se ha comprometido a cambio de la ayuda y que la autoridad monetaria germana considera «imprescindibles». Las cifras que hay sobre la mesa hablan de otros 12.000 millones más para Grecia, que ya ha recibido casi 200.000.
La historia interminable
De momento, los mercados no se han hecho eco de este nuevo capítulo de la interminable tragedia griega. Ni los de deuda, ni los de renta variable. De hecho, la jornada de ayer fue todo un remanso de paz en las bolsas. En la española, el Ibex se tomó un respiro tras la escalada de las últimas sesiones, que lo llevó a culminar la semana con un nuevo máximo anual, por encima de los 8.700 puntos. Y ahí sigue, tras retroceder ayer un ligero 0,20 %.
La recesión helena
Quizá porque todo el mundo asume que las crisis helena está lejos de acabar. Lo corroboran cada poco los datos económicos del país. Ayer mismo vio la luz la cifra del PIB del segundo trimestre, que arrojó un descenso del 4,6 % respecto al mismo período del 2012. Son ya cinco los años que lleva Grecia en recesión. Lleva veinte trimestres consecutivos viendo cómo se deteriora su riqueza. Con todo, la noticia tiene algo de esperanzadora: la contracción sufrida entre abril y junio es la menos grave de las registradas desde el tercer trimestre del 2011.
Se habla de depresión cuando se registra un desplome del PIB superior al 10 % y se acumulan más de tres años en recesión.
De lado del paro tampoco hay ningún motivo para la alegría, la tasa de desempleo helena alcanzó en mayo un récord del 27,6 %, seis décimas más que en abril y casi cuatro puntos más que en mayo del 2012.
Desde que Grecia fue rescatada por la troika, en mayo del 2010, el paro se ha más que duplicado. Entonces, el desempleo afectaba al 12 % de la población activa.