La marea roja que ha generado tantas y tan importantes pérdidas económicas es un enemigo fenomenal. Un episodio «extraordinario e histórico pola rapidez coa que afectou a todas as rías e porque afectou ao mesmo tempo ao mexillón e aos infaunais». Así lo dijo ayer Covadonga Salgado, la directora del Intecmar, en una comparecencia de prensa en la que aseguró que «Galicia ten un sistema de control que funciona ben».
Es un sistema en el que, señaló, no entra en juego solo el Intecmar. De este instituto depende vigilar las augas y «facer os peches cando hai evidencias de toxinas» o riesgo de que estas aparezcan. A partir de ahí, en cuanto se produce el cierre de una zona de extracción la pelota pasa a otro tejado: el de las empresas agroalimentarias. «Cando nós facemos o peche, os autocontrois das empresas agroalimentarias teñen que empezar a funcionar, e a mercadoría que se saca 24 horas antes dese peche ten ou ben que ser analizada, ou ben que ser devolta ao mar». En el caso de la actual marea roja, Sanidade ha instado a las empresas a que analicen los productos adquiridos 48 horas antes de los cierres, tal vez por el temor a que la toxina ya estuviese ahí en ese espacio de tiempo.
Costes importantes
«Un episodio de toxinas lipofílicas non é agradable, non é unha situación boa para o sector», decía ayer Salgado. Y es que ese echar el producto hacia atrás lleva aparejadas «distorsións na cadea de comercialización» y costes importantes. Pero «En Nueva Zelanda extraen moluscos e non os comercializan ata que teñen os análises, pagados polo sector, que garanten que ese produto se pode comercializar». Ella misma reconoció que «aquí iso é impensable». Entre otras cosas, puntualizan algunos productores, porque «aquí estamos tutelados por la Administración, y en Nueva Zelanda los productores analizan y los productores deciden».
Muestreos semanales
Fuera del Intecmar el malestar con este centro y con su forma de funcionar no ha disminuido. Y eso que, asegura Salgado, «estamos traballando ben e adiantándonos á toxina» en muchas zonas. Recalcó que todas las semanas se hacen muestras de agua y aseguró que, aunque se hubiesen hecho análisis el pasado fin de semana, el resultado habría sido el mismo. Y es que, apelando a informes de algunas organizaciones de mejilloneros, el sábado la boca de la ría de Arousa estaba limpia. Otros informes de otras organizaciones, por su parte, llevaron a los socios de estas a interrumpir la extracción un día antes de recibir la orden de cierre del Intecmar.