La emigración y el recelo al servicio de empleo aceleran la caída del paro

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

La ocupación registró en el 2013 su menor desplome desde el inicio de la grave crisis

04 ene 2014 . Actualizado a las 14:11 h.

España ha despedido un año aciago con una mejora considerable en las cifras del desempleo registrado. Un rayo de esperanza, según el Gobierno, para iniciar la senda de la recuperación y, sobre todo, para alimentar esa expectativa y generar confianza. Pero los datos ofrecen un pobre respaldo para lecturas muy alentadoras. El país sigue destruyendo empleo neto: el pasado mes concluyó con 4.701.338 demandantes inscritos en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), 107.570 menos de los contabilizados en noviembre.

Un descenso atribuible, en parte, a las contrataciones de los servicios y el comercio por la campaña de Navidad, un factor estacional, y sobre todo, al alza de las afiliaciones de la agricultura andaluza por la recogida de la oliva. De los 64.097 afiliados más que se contabilizaron respecto a noviembre en toda España, más de la mitad, 36.880, se encuentran en la provincia de Jaén. El resto del descenso del paro de diciembre no es atribuible a la mejora de la ocupación sino a dos variables que vienen marcando la realidad laboral desde hace ya mucho tiempo: el efecto desánimo de quienes no confían en los servicios de empleo y, sobre todo, la emigración de los jóvenes. Sirva un dato como ejemplo: en España, según los registros, hay ahora 147.385 parados menos que hace un año y sin embargo, lejos de haber repuntado la ocupación, hay 85.041 cotizantes menos.

A tenor de los datos hechos públicos ayer por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, variables como el desánimo y la ocupación juegan todavía un papel más determinante en la comunidad gallega.

Galicia despide el 2013 con 7.724 parados menos en relación al 2012, un dato en apariencia alentador, destacado ayer por la Xunta, pero que queda en entredicho cuando se observa cuál ha sido la evolución de los cotizantes. Galicia ha perdido en el último año 12.757 afiliados, una caída que casi triplica la media registrada en el conjunto del Estado. Si se analiza lo ocurrido en diciembre, a diferencia de España, el efecto de la Navidad ha sido imperceptible. Las oficinas de empleo de la comunidad cerraron con 209 parados más que en noviembre y con 2.134 afiliados menos. Es decir, que a diferencia de lo sucedido en el conjunto del Estado, ni siquiera una parte de la reducción interanual del paro gallego podría ser atribuible a una mejora de la ocupación, aunque fuera a costa de contratos precarios y estacionales.

Un hecho destacado ayer en Galicia por los sindicatos CIG y UGT y por fuerzas de la oposición, como el BNG, cuyo portavoz, Xavier Vence, atribuyó la pérdida de ocupados «á constante política de recortes». Los mensajes más esperanzadores sobre los datos, una vez más, fueron aireados por el Gobierno central. Mientras la oposición pone el acento en el factor estacional de las contrataciones y la emigración, Tomás Burgos, secretario de Estado de la Seguridad Social, se mostraba rotundo en sus predicciones. «No es solo el primer diciembre de la recuperación, sino que esta apunta una firmeza destacable; el mejor diciembre desde el 2001 no es un hecho casual: en pocas semanas, uno o dos meses como máximo, habrá tasas positivas de afiliación a la Seguridad Social», dijo ayer. Los próximos meses serán determinantes para observar si la ligera mejora del consumo y el hecho de haber tocado fondo en el desplome, algo que sí empiezan a acreditar los datos, son pilares suficientes para que el indicador más relevante, el de los nuevos afiliados, vuelva a tasas de evolución positivas.

Por el momento, el dato de cotizantes que ofrece el Ministerio de Empleo es una media de los 30 días. Y no la cifra cerrada a último día del mes, que es cuando se producen todas las bajas. Los datos medios ya no son nada halagüeños -salvo el de diciembre- y si se ofreciera el del último día el panorama resultaría aún más sombrío.