Los floteles de Pemex inyectarán en el naval de Vigo y Ferrol 40 millones de euros en salarios

m. sío / B. Couce / S. antón VIGO, FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

El arranque de la construcción devolverá a la actividad a 1.200 trabajadores desde marzo

30 ene 2014 . Actualizado a las 15:16 h.

Después de una madrugada en vela, pendiente de la demorada licitación de los floteles, el naval gallego despertó ayer con la certeza de un sueño cumplido: trabajo para al menos los próximos 30 meses. La operación, algo enmarañada, se gesta a través de PMI Comercio Internacional, que es la filial de Pemex ganadora de los dos buques. Esta pagará a sus socios Hijos de J. Barreras (astillero de su propiedad) y a Navantia casi 300 millones de euros, respectivamente, por la construcción de ambas unidades. A su vez, PMI recuperará casi 20 millones de euros por el servicio de los barcos contratados durante 10 años por PEP (Pemex Explotación y Producción), la adjudicataria del pedido.

Cada uno de los buques reportará un millón de horas de fabricación, y otras 130.000 de ingeniería, lo que genera ocupación para entre 500 y 600 trabajadores a partir del próximo mes de marzo, en el caso del astillero vigués. Será algo más tarde en el caso de Navantia. En un acto protocolario, el próximo día 7, una delegación de directivos de la petrolera estará en Barreras haciendo oficial el corte de chapa que marca el arranque de la construcción.

Esta entrada de carga de trabajo inyectará alrededor de 40 millones de euros en Vigo y Ferrol, en concepto de pago de salarios de la mano de obra de los propios astillero y de la industria auxiliar (más de 60 empresas), según estimaciones del sector, basadas en anteriores construcciones idénticas.

Complejidad técnica

De acuerdo con las especificaciones, el tamaño ronda los 130 metros de eslora. Su mayor dificultad radica en su equipamiento, ya que incluye un helipuerto, una cubierta principal de dos mil metros cuadrados y tres grúas con distintas capacidades de izada. Además de las 180 cabinas destinadas al descanso y distribuidas en cuatro cubiertas, el buque tiene salas de conferencias, televisión e Internet por satélite, gimnasio y cine.

Con el nuevo pedido, en poco más de un mes, Barreras ha pasado de la nada al todo. Las gradas que han permanecido vacías desde el verano del 2011 recobrarán la actividad, con la adjudicación del flotel y cinco buques más contratados a través de la petrolera, suma 540 millones. Los 100 trabajadores del astillero vigués se irán incorporando al trabajo de forma inminente. Los de Navantia tendrán que esperar un poco más. Porque desde el momento en que se firmaron los contratos de ambas embarcaciones, se estimó un desfase de dos o tres meses tanto en el comienzo como en el final de la construcción, según confirmó la dirección de Barreras, que probablemente asumirá la supervisión técnica del proyecto adjudicado a Ferrol.

La plantilla de las dos factorías ferrolanas está formada por 2.300 personas, y según recordó ayer Ignacio Naveiras, portavoz de los trabajadores de Navantia, el 60 % se encuentran ya sin ocupación alguna. Para los astilleros de la ría ferrolana, el encargo de Pemex implicará la vuelta a la construcción naval civil. La antigua Astano lleva treinta años excluido de este mercado -se especializó tras la primera reconversión en el sector off-shore- y el último buque mercante construido en Bazán, el Castillo de la Luz, salió de las gradas de la factoría hace más de un cuarto de siglo.

La dirección de Navantia comunicó ayer al comité que en cuestión de días una delegación mexicana viajará a España para firmar los pedidos y a partir de entonces se pondrán ya en marcha los trámites para arrancar la obra, aunque admitió que «o desenrolo inicial sempre é lento».

La empresa asegura que ha sido seleccionada por su capacidad tecnológica para construir cualquier tipo de barcos, así como por su oferta económica.