Bruselas saca a España de la uci y le receta que baje más los salarios

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / E. LA VOZ

ECONOMÍA

Rehn, en la rueda de prensa donde detalló ayer los resultados del informe de Bruselas.
Rehn, en la rueda de prensa donde detalló ayer los resultados del informe de Bruselas. Olivier Hoslet < / span>EFE< / span>

Pone en cuarentena a Italia y Francia por la escasa competitividad y la elevada deuda

06 mar 2014 . Actualizado a las 11:58 h.

España corrige sus desequilibrios gracias al tímido avance de su PIB, pero persisten algunos que podrían poner en riesgo la economía. Lo confirmó ayer el comisario de Economía, Olli Rehn, quien pidió al Gobierno español «acciones decisivas» para atajar los «niveles alarmantes» de desempleo, que amenazan con lastrar el débil crecimiento y el consumo interno.

Bruselas le recordó a Rajoy que, pese a la flexibilidad interna y la reducción de salarios experimentada en el último año, todavía tiene pendiente la puesta en marcha de reformas de calado en el mercado laboral, imprescindibles para ganar competitividad y generar empleo. «Hay margen para incrementar más la competitividad y para seguir conteniendo los costes laborales a través de una moderación salarial y del aumento de la productividad», indicó Rehn durante la presentación del último informe sobre desequilibrios macroeconómicos en la Unión Europea.

No este el único frente que España tiene abierto. El análisis revela que los niveles de deuda pública y privada siguen por las nubes, «poniendo en peligro la estabilidad financiera y el crecimiento». Por esa razón, Bruselas exige al Gobierno que mantenga bajo control el gasto público para que la deuda no se vuelva a disparar.

En el lado positivo, Bruselas apunta que el mercado de la vivienda se estabiliza, que el impulso de las exportaciones sigue supliendo la caída de la demanda interna y que el balance por cuenta corriente es positivo. La confianza de los mercados parece asentarse, pero persisten las dificultades de acceso al crédito.

«Retos formidables»

«Hay un cambio de tendencia, pero España todavía tiene por delante retos formidables», aseguró el responsable europeo de Economía, a quien no le parecen suficientes los ajustes realizados en el último año.

Mientras bajaba el tono de sus críticas a España, ahora ya fuera de la lista de países con desequilibrios excesivos, propinaba a otros severos tirones de oreja.

Italia

Una pesada losa. La Comisión ha incluido a Italia en el pelotón de países con desequilibrios macroeconómicos excesivos, junto a Croacia y Eslovenia. La principal razón es el elevado nivel de deuda pública que acumula y la pérdida de competitividad en las exportaciones que ha experimentado en un contexto de «crecimiento débil crónico». Tampoco los niveles de productividad mejoran en las Administraciones públicas, un sector en el que Bruselas exige intervenir de forma urgente. Los riesgos de que Italia experimente estos desequilibrios excesivos podrían afectar a toda la zona euro por el tamaño y envergadura de su economía. La posibilidad de que atranque la salida de la crisis a economías vecinas es real, tal y como reconoce la Comisión, que ha pedido a su Gobierno «acciones inmediatas» para terminar también con los altos niveles de corrupción y evasión fiscal.

Francia

En el ojo del huracán. Pese a los compromisos de ajuste adquiridos con Bruselas, «no se perciben avances sustanciales» y la deuda pública sigue en niveles insostenibles. Así lo advirtió ayer Rehn, quien, como en el caso de Italia, apuntó hacia una pérdida de competitividad en las exportaciones que explica el deterioro de su balanza comercial. Asimismo, los costes laborales «siguen siendo demasiado elevados» y no han mejorado ni el entorno empresarial ni el nivel de competitividad de los servicios.

Alemania

Merkel no cumple. Quien parece hacer oídos sordos a las advertencias de Bruselas es Berlín. Pese a la insistencia de Rehn, Alemania sigue sin corregir unos desequilibrios macroeconómicos que dificultan la recuperación de sus socios. El informe hace hincapié en las dificultades para lograr que el Gobierno germano aumente la inversión pública y los salarios en favor de la demanda interna. Además, insta al país a invertir parte de los ingresos procedentes de las exportaciones en el mercado interior y no en el exterior como viendo siendo la tónica en los últimos años.