Operación salida, operación subida

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

En apenas poco más de diez días, para hacerlo coincidir con las jornadas de más tráfico, el litro de gasolina y el de gasoil se han encarecido hasta cuatro céntimos en Galicia

14 abr 2014 . Actualizado a las 17:34 h.

El litro de gasolina de 95 octanos y el de gasoil, el combustible de mayor demanda, se han encarecido en Galicia a lo largo de los últimos diez días cuatro céntimos hasta alcanzar 1,45 y 1,39 euros, respectivamente, los precios más altos desde mediados de septiembre del 2013. Un seguimiento efectuado por este periódico desde el 31 de marzo en las estaciones de servicio de la comunidad muestra un camino en la evolución de las cotizaciones que ha hecho coincidir el valor máximo con el viernes pasado, jornada de inicio de las vacaciones de Semana Santa.

El 31 de marzo, el litro de 95 octanos estaba a 1,41, y el 11 de abril a 1,45; otro tanto ha ocurrido con el gasoil, que ha pasado de 1,35 a 1,39 euros. Las estaciones de servicio consultadas atribuyen el incremento a un repunte considerable de la demanda a consecuencia de los millones de desplazamientos, pero en el consumidor medio surge una pregunta: ¿Es proporcional que llegue a los cuatro céntimos?

A nivel de España, los precios en esta Semana Santa, según los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, están un 3,6 % más baratos que en las vacaciones del pasado año, que coincidieron en marzo. Pero si se hace esa comparativa con Galicia, con los informes de precios del Ministerio de Industria y con las cotizaciones actuales, la conclusión es bien distinta. La gasolina de 95 se vendería ahora en el surtidor a 1,45, un valor similar al de la Semana Santa del 2013, y el de gasoil a 1,39, incluso por encima. El precio medio de marzo del pasado año en este combustible fue de 1,35. Álvaro Mazarrasa, director de la Asociación de Operadores Petrolíferos, que agrupa a firmas como Repsol, Cepsa, BP, Galp o Shell, llama a no culpar siempre a las petroleras. Y recuerda que los precios de los carburantes dependen en un 45 % de la fiscalidad y en un 45 % del coste de los carburantes en los mercados internacionales al por mayor, que cotizan en dólares.

Los consumidores, sin embargo, se preguntan por qué si el precio final depende tanto de estas dos variables hay una fluctuación tan alta justo coincidiendo con las vacaciones, cuando las cotizaciones internacionales, tal y como revelan las gasolineras independientes, no están sufriendo grandes oscilaciones. «Ellos siempre marcan la pauta del mercado, que está dominado por los grandes operadores, y acaba influyendo en todos, aunque intenten luego vender combustible más barato», sostiene Casto Bravo, de la Confederación Española de Estaciones de Servicio.

En el caso gallego, por ejemplo, más de la mitad de la oferta de surtidores está controlada por Repsol y por Cepsa. Y en algunas ciudades, como Santiago, donde no existe ninguna estación en hipermercados, las gasolineras ofrecen los carburantes a idéntico precio.

La concertación de precios, práctica prohibida, y plasmada en el llamado efecto lunes, por ejemplo, es una de las razones que han llevado a las autoridades a estrechar el cerco sobre los grandes operadores.

En el último informe mensual de supervisión elaborado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el regulador vuelve a detectar lo que ha denominado como efecto pluma en la evolución de los precios. Es decir, las subidas de las cotizaciones internacionales se trasladan al valor final de venta en el surtidor de forma rápida, pero existen indicios fundados de que las bajadas tardan en repercutirse o, incluso, no se estarían aplicando de una forma completa.