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En ese tímido y contenido repunte del consumo navideño algo o mucho tiene que ver la futura recuperación de parte de la paga extra que se retiró de la nómina de los empleados públicos. Santiago, ciudad de funcionariado donde las haya, es una de las que más está notando esa mayor alegría a la hora de comprar a cuenta del 12,5 % que ingresarán en enero (o el 25 % si el empleado es del Estado). Lo aseguran en el mercado de abastos compostelano: muchos de los gastos con los que los clientes pretenden darse una alegría tiene mucho que ver con ese próximo reencuentro monetario de los que cobran a cuenta de las arcas públicas. Y sostienen que lo mismo ocurrirá allí donde la Administración autonómica esté presente, en cualquiera de sus formas: delegaciones, sedes o chiringuitos. Eso sí, la época de los camarones a 200 euros en la mesa «xa pasou». Y el termómetro del cotizado mero, ausente en casi todos los mercados, indica que todavía están lejos de regresar.