La mayor área logística de Galicia es inservible tras enterrar 127 millones

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

GUSTAVO RIVAS

La Plisan, donde renunció instalarse Mitsubishi, lleva 15 años en tramitación

10 abr 2015 . Actualizado a las 16:27 h.

Quince años en obras, 127 millones de dinero público consumidos y un destierro de 4 millones de metros cuadrados inservible. Esta es la ficha de presentación de la Plataforma Logística de Salvaterra As Neves (Plisan), la mayor área de suelo industrial de Galicia que acaba de recibir una nueva inyección de 20 millones de euros por parte de las tres administraciones que la financian (Xunta, Consorcio de la Zona Franca de Vigo y Autoridad Portuaria de Vigo) para intentar su enésimo desbloqueo.

«Esta vez va a ser la buena», aseguran fuentes del condominio. Pero será a costa de reducir el macroproyecto a un simple polígono de 700.000 metros. Esa es la extensión que los tres promotores quieren tener lista para poner a la venta en el 2017 y de los millones de metros restantes, Dios dirá. «Se trata de ir urbanizando a demanda», dicen.

El problema es que, después de tres lustros de vicisitudes, no existe tal demanda. Así lo aseguran fuentes del sector logístico, que aseguran no entender cómo una infraestructura de semejantes dimensiones no cuenta con una buena comunicación por tren y ni siquiera contempla una estación terminal de carga cubierta, para la mercancía que no se puede mojar.

No hay demanda

«No interesa, ni por precio, ni por infraestructuras», aseguran estas fuentes, que recuerdan el episodio «surrealista» vivido en el 2009, cuando la multinacional japonesa Mitsubishi salió espantada, después de intentar instalar en la Plisan la mayor fábrica de baterías de litio de Europa.

La Xunta ofreció al consorcio nipón la superficie requerida (200.000 metros). El suelo, bien comunicado por autopista con Citroën y el puerto, gustó a los japoneses. Pero cuando llegó el momento de planificar sobre el terreno descubrieron que estaba lleno de irregularidades urbanísticas y cargado de denuncias por el proceso de expropiación.

Los japoneses, temerosos por la inseguridad jurídica de su inversión, se marcharon y hasta hoy. «Después de Mitsubishi, ya nadie se ha interesado», afirman desde la empresa logística.

Los 20 millones con los que ahora las tres administraciones intentan relanzar el denominado puerto seco de Vigo agrandan la factura de esta obra interminable hasta casi los 150 millones de euros, prácticamente el presupuesto con el que fue proyectada en el año 2000 (152 millones de euros). ¿En qué se ha invertido el dinero? Solo el complejo proceso de expropiaciones (con centenares de denuncias, alguna de ellas todavía no resueltas) ha superado la factura de los 50 millones de euros, con el metro cuadrado pagado a una media de 15 euros.

A esta cantidad hay que añadir el presupuesto de la autovía AG-51, un vial de cinco kilómetros cuyo coste superó los 22 millones; además de las obras de movimiento de tierras que ascendieron a más de 20 millones. Las indemnizaciones pagadas a los propietarios de terrenos con derechos mineros y el inicio de obras de urbanización que no llegaron a nada completan la factura.

A 8 kilómetros frente a Salvaterra Portugal ofrece suelo industrial a 20 euros el metro

Mientras la Plataforma Logística de Salvaterra eterniza su puesta en funcionamiento, a solo 8 kilómetros, al otro lado de la frontera, Portugal pone en marcha el mayor parque empresarial del norte del país.

Se trata de Minho Park, una superficie industrial de 590.000 metros cuadrados, emplazados en una parroquia de Monçao (cerca de Viana do Castelo) que, según la asociación de empresarios Aiminho, está la venta a precios similares a los de la última promoción de suelo en la zona, es decir, desde 20 euros el metro cuadrado.

Fuentes de la organización empresarial aseguran que la intención de las cámaras de Viana do Castelo y Monçao, entre las que se encuentra emplazado Minho Park, es captar la inversión de proveedores de la industria del automóvil. «Minho Park está diseñado con una capacidad para acoger la instalación de 80 empresas y la generación de 1.200 empleos», afirma Aiminho.

El éxito de ocupación logrado en los polígonos fronterizos de Vilanova de Cerveira, Valença (donde la mitad de las empresas instaladas son gallegas) o Viana do Castelo es, para los promotores lusos, una garantía que avala la inversión de 18 millones de euros.

Los parques construidos más próximos a Tui están ya saturados, muchos de ellos por firmas gallegas o que en un principio buscaron suelo en la comunidad. No es de extrañar. Según explica Parque Invest, sociedad que ha promovido una veintena de polígonos en el norte luso, el coste medio de las parcelas osciló entre 30 y 70 euros. Un ejemplo: los últimos terrenos del parque de Valença se vendieron a 60 euros el metro cuadrado, mientras en Galicia se pagaba a 300.