Insiste en que hay que darle otra vuelta de tuerca a la reforma laboral para abaratar el despido de los trabajadores con contrato fijo
09 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El Fondo Monetario Internacional (FMI) está contento con España. Celebra que el país haya entrado, por fin, en la senda de la recuperación. Un camino este en el que, según sus previsiones, seguirá avanzando con paso decidido: vaticina que el PIB crecerá este año un 3,1 % y otro 2,5 %, el siguiente. Y no le duelen prendas en reconocer que gran parte del mérito hay que atribuírsela al Gobierno de Rajoy y sus reformas. Esas que tan dolorosas han resultado para los ciudadanos.
Los logros están ahí, ensalza la institución que pilota Christine Lagarde, pero no es momento para la autocomplacencia o el triunfalismo, sino, más bien, de aplicar otra vuelta de tuerca a las reformas. Es la única vía para apuntalar la recuperación, dice. Todo un aviso a navegantes para el próximo Gobierno que salga de las urnas. Y lo que propone suena a más de lo mismo: otra ronda de sacrificios para la población. Para empezar, quiere que España suba algunos impuestos. Los especiales y los medioambientales. Y, como no, que meta mano en la lista de productos que disfrutan del IVA reducido (entre ellos, el transporte de viajeros y la hostelería) y superreducido (el pan, la lecche o los medicamentos). Y quiere también que se abarate el despido. Considera el Fondo la brecha que existe entre el coste del despido de un trabajador fijo y el de uno temporal «debe cerrarse». Traducido: la empresas no deberían tener que pagar tan cara la salida de un trabajador indefinido. No solo eso, insiste en que hay que crear un contrato único para acabar con lo que en el siempre enrevesado lenguaje económico se conoce como dualidad del mercado de trabajo. Pero, todo eso, no basta, además, quieren los expertos del FMI que España siga metiendo la tijera en el capítulo del gasto social. Y en ese punto sus recetas pasan por implantar el copago en servicios tan vitales como la sanidad y la educación.
La misión del Fondo que revisa de forma periódica la situación de la economía española aboga, además, por atar más en corto a las autonomías para que no saquen los pies del tiesto del déficit.
Predicar en el desierto electoral
Pero, es este un año electoral y todo indica que, al menos por ahora, anda el FMI predicando en el desierto. No hay más ver lo poco que tardó ayer el Gobierno en salir a la palestra para asegurar que no tiene intención alguna de seguir los pasos que le marca el organismo. Lo hizo por boca del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, quien garantizó que en los planes del Ejecutivo no figura subir los impuestos ni extender el copago en sanidad o educación. No seguirán sus recomendaciones, pero, eso sí, consideran que las conclusiones preliminares de la evaluación anual del FMI sobre la situación de la economía española, presentadas ayer en Madrid, por el jefe de la misión para España, Helge Berger, son todo un espaldarazo al trabajo que ha hecho el Gobierno. «Todas las afirmaciones están en línea y apoyan la importante labor de reformas realizada durante estos años», en palabras del secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa.