La OCDE considera insuficiente el gasto de España en activación laboral

Efe

ECONOMÍA

En un informe recuerda que es el segundo país miembro de la OCDE con la tasa de paro más elevada, por debajo de Grecia, y que apenas bajará del 20 % a finales del año próximo

09 jul 2015 . Actualizado a las 20:18 h.

La OCDE considera que las políticas de activación laboral en España tienen una dotación presupuestaria insuficiente teniendo en cuenta que es el segundo país miembro con la tasa de paro más elevada, por debajo de Grecia, y que apenas bajará del 20 % a finales del año próximo.

En su informe de Perspectivas del Empleo publicado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló que la proporción del gasto en esas políticas en España aunque «es significativo (...) sigue siendo baja debido al alto nivel de paro».

En concreto, según las últimas cifras armonizadas de 2013 equivalía al 0,61 % del Producto Interior Bruto (PIB), un 22 % menos que en 2007, antes de que estallara la crisis.

España se sitúa ligeramente por encima de la media de la OCDE (algo superior al 0,5 % del PIB) pero su tasa de paro a finales de 2014, del 23,7 %, triplicaba con creces la del conjunto de los 34 miembros de la organización, del 7,1 %.

Once de esos países dedican una proporción de su PIB mayor que la de España a esos dispositivos, empezando por Dinamarca, Suecia y Finlandia que consagran más del 1 %.

Los autores del estudio lanzaron algunos consejos de reforma de los servicios estatales de empleo, entre ellos que los controles a los parados que tienen bajo su supervisión son poco frecuentes.

En concreto, mientras en la mayoría de los países de la organización se exigen informes mensuales o incluso quincenales a sus beneficiarios, al menos una quinta parte de los demandantes de empleo registrados en España «no cumple con la obligación de informar establecida».

También indicaron que, aunque «el seguro de desempleo español es de los más generosos de la OCDE», las oficinas descentralizadas de los servicios de empleo «a menudo no tienen la capacidad para implementar políticas de activación en una escala suficiente para ofrecer un apoyo eficaz a los solicitantes de empleo».

Además, añadieron que «se necesitan directrices claras sobre la implementación de medidas focalizadas para los diversos grupos que buscan empleo, así como una asignación de recursos que promueva el buen desempeño».

De acuerdo con las previsiones presentadas a comienzos de junio por la OCDE, la tasa de paro va a seguir disminuyendo este año y el próximo en España, a un ritmo relativo más elevado que en cualquier otro país miembro, pero a finales de 2016, con un 19,7 %, seguirá triplicando la media de la organización (6,5 %).

Con ese nivel, que sólo estará superado al terminar 2016 por el de Grecia (24,2 %), el desempleo en España seguirá siendo superior en 11,1 puntos porcentuales al que había antes de la crisis.

Esa brecha será inferior a la de Grecia (16,1 puntos), pero mayor que la de los otros 32 miembros de la organización, con una media de 0,9 puntos por encima del desempleo que había cuando se inició la crisis a finales de 2007.

Los autores del informe constataron que aunque la tasa de empleo aumentó en dos puntos porcentuales entre el primer trimestre de 2014 y el primero de 2015 hasta el 58 %, sigue estando muy por debajo de la media de la OCDE (66 % al finalizar 2014).

Más de la mitad de los desempleados en España (un 53 % en el último trimestre de 2014) llevan en esa situación más de 12 meses, frente al 36 % de promedio en la OCDE.

En cuanto al paro juvenil, España seguía situándose en cabeza con más del 50 % a comienzos de este año.

A ese respecto, la organización destacó que los jóvenes más vulnerables son los que abandonaron sus estudios sin haber completado la educación secundaria y ni trabajan ni reciben ningún tipo de formación (los conocidos como «nini»).

En España ese colectivo representaba el 21 % de los jóvenes de entre 15 y 29 años, cuando la media de la OCDE era del 14 %. Cuatro países tenían porcentajes superiores al de España: México, Italia, Grecia y, sobre todo, Turquía.

El salario mínimo -que existe en 26 de esos Estados- tiene en España uno de los niveles relativos más bajos, ya que supone un 41,1 % del salario medio. Por debajo se sitúan Luxemburgo (40,8 %), Japón (39 %) y Estados Unidos (37,4 %). En el otro extremo, representa un 62,8 % del salario medio en Francia y el 56,6 % en Portugal.

Otra peculiaridad del mercado laboral español es que continúa estando segmentado, como lo pone en evidencia que un 24 % de los trabajadores tienen contratos temporales, una cifra que en la OCDE sólo supera Polonia.