El presidente de Volkswagen en EE.UU.: «La hemos cagado por completo»

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ECONOMÍA

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Michael Horn ha pedido disculpas por el escándalo de los coches trucados

22 sep 2015 . Actualizado a las 14:28 h.

El presidente de Volkswagen en Estados Unidos, Michael Horn, ha admitido que la empresa alemana fue deshonesta en las pruebas de emisiones contaminantes. 

«Nuestra compañía fue deshonesta con la EPA (Agencia de Protección Ambiental de EEUU) y el comité de Recursos del Aire de California, con todos ustedes (...) la hemos cagado por completo», dijo Horn en un evento en Nueva York a última hora de ayer.

Horn ha pedido disculpas por el escándalo en torno a la manipulación de los valores de las emisiones de coches del gigante automotor. «No fuimos honestos», aseguró en la presentación de un nuevo modelo de Passat en Nueva York. 

Volkswagen anunció la suspensión de la comercialización en Estados Unidos de sus diésel de cuatro cilindros de las marcas VW y Audi, que representaban el 23% de sus ventas en ese mercado.

Volkswagen es acusada de haber manipulado el sistema electrónico de varios de sus modelos para que sus registros de emisiones se adaptaran a las disposiciones medioambientales norteamericanas, indican hoy medios estadounidenses.

«Tenemos que poner en orden nuestros coches. Y tenemos que poner en orden nuestra relación con nuestros comerciantes y clientes», dijo Horn. El alemán presidente Volkswagen en Estados Unidos desde principios del año pasado.

Las acciones del mayor productor de vehículos de Europa, sinónimo de la fortaleza industrial germana, llegaron a perder hoy más de un quinto de su valor y arrastraron a la baja los títulos de otras automotrices.

Volkswagen podría ser llamado a comparecer ante la justicia estadounidense. El Departamento de Justicia de Estados Unidos inició una investigación para determinar si existen indicios de prácticas delictivas por parte la automotriz alemana.

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) acusó a Volkswagen de haber colocado en sus vehículos un software para eludir estándares ambientales y ordenó llamar a revisión casi medio millón de autos de motor diésel en California.