Volkswagen los engañó a todos

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El truco de Volkswagen

El gigante alemán admite haber trucado 11 millones de coches en todo el mundo y reserva 6.500 millones para el pago de posibles sanciones

23 sep 2015 . Actualizado a las 17:39 h.

La reputación del que iba camino de proclamarse mayor fabricante de coches del mundo este año, hace aguas. Y el cetro que le arrebató a Toyota -de manera todavía provisional- en el primer semestre, tiene todos los visos de volver a manos niponas cuando acabe el ejercicio. Porque nadie sabe cuánto le va a costar a Volkswagen el monumental engaño de las emisiones de gases. En términos de imagen, los daños son incalculables. En Bolsa ya se ha dejado más de 25.000 millones (ha caído un 34 % en dos días) y en el cajón tiene reservados otros 6.500 para hacer frente a las más que seguras sanciones e indemnizaciones que va a tener que pagar. Poco se le hace a los analistas.

Y es que, el escándalo que remueve desde el viernes los cimientos de la industria automovilística alcanzó ayer dimensiones mundiales, después de que la compañía germana admitiese que la farsa traspasó las fronteras estadounidenses. Que no solo fueron trucados esos 482.000 coches vendidos en Estados Unidos de los que se habló en principio, sino que son muchos más. Tantos como 11 millones. Distribuidos por todo el mundo, según parece. Los engañaron a todos. Y, ¿cómo? Instalando en sus vehículos un sistema que era capaz detectar el momento en el que coche estaba siendo sometido a pruebas por parte de las autoridades. Ese sistema activaba un mecanismo de limitación de gases contaminantes que permitía al vehículo superar el test sin problemas. Una vez aprobado el examen, se desactivaba y el coche seguía contaminando por encima de los límites establecidos.

El escándalo de las prostitutas

Dicen los analistas que la orden para instalar esos sistemas no puede haber partido de mandos intermedios. Tampoco creen que pueda tratarse de un error. De ahí que la cabeza del presidente de la compañía, Martin Winterkorn, penda de un hilo. Y eso, tan solo cinco meses después de haberle ganado el pulso por el poder al patriarca de la empresa y nieto del fundador, Ferdinand Piëch.

Se trata, sin duda, del mayor escándalo en el que se ha visto envuelto el fabricante de coches alemán. Peor incluso que el que saltó a la luz en el 2005, cuando trascendió que directivos de la compañía habían sobornado a miembros del comité de empresa sufragándoles viajes de placer y servicios de prostitutas. Solo una cifra: tener contento al por aquella época presidente del comité, Klaus Volkert, amante brasileña incluida, le costó a VW unos dos millones.

«La hemos cagado»

El primer ejecutivo de la marca en EE.?UU., Michael Horn, fue uno de los primeros en admitir en público el fiasco, con una declaración muy explícita: «La hemos cagado por completo», dijo.

La canciller alemana, Angela Merkel, instó ayer a Volkswagen a aclararlo todo lo antes posible. Además, el Gobierno germano ha creado una comisión para investigar el escándalo. Lo mismo que Italia y Francia. Mientras que el Ejecutivo británico ha pedido a Bruselas que tome ya cartas en el asunto.

El Gobierno de España no se plantea abrir una investigación

Mientras el Gobierno de Estados Unidos ha iniciado una investigación criminal contra el grupo Volkswagen, España no se plantea poner bajo la lupa al fabricante. El Ministerio de Industria argumenta que la mayoría de los modelos de esta marca que se venden en España reciben su homologación en Alemania, de donde procede esta empresa. «No hemos tenido ninguna noticia de problemas en esta homologación», sostiene Industria.

El ministro, José Manuel Soria, expresó ayer su confianza en que el fraude cometido por la multinacional «no afecte a los anuncios de inversión del grupo en España». La compañía adelantó en mayo su intención de invertir 4.200 millones hasta el 2019 en las dos fábricas que posee el grupo en España, la de Landaben (Navarra) y la de Seat, en Martorell (Barcelona).

El propio presidente de Seat Jürgen Stackman, aprovechó su estancia ayer en Barcelona, para felicitar a la firma por su rápida reacción. «Volkswgen ha respondido con claridad y de forma convincente, que lo intentará solucionar lo antes posible», dijo

Winterkorn se tambalea

El mayúsculo escándalo protagonizado por Volkswagen le ha estallado en las manos a su presidente, Martin Winterkorn, en el peor momento. Todo estaba ya listo para que pasado mañana prorrogara su contrato al frente de la multinacional por otros dos años, hasta el 2018. Ahora su cargo y su carrera penden de un hilo. Medios alemanes incluso aventuraban ayer el nombre de su sustituto, el jefe de Porsche, Matthias Müller. La empresa desmintió tales informaciones.