Tanto la empresa Bosch, que entregó el programa informático bajo sospecha, como un empleado alertaron en 2007 y 2011 sobre la irregularidad, sin que la empresa reaccionase
28 sep 2015 . Actualizado a las 08:48 h.A Volkswagen no paran de crecerle los problemas. La señal clara y rotunda que quiso ayer enviar al mundo al anunciar que en las próximas semanas llevará a cabo una campaña de retirada de vehículos que será gratuita para los clientes, y que reemplazará el software fraudulento por otro «que cumpla la ley» fue empañado por los titulares de la prensa dominical. Según el sensacionalista Bild, el fabricante automovilístico habría sido alertado hace ya ocho años de que el programa de trucaje era ilegal. Y la advertencia llegaba ni más ni menos que de Bosch, creador del dispositivo fraudulento. El proveedor envió una carta a Volkswagen en el 2007 en la que comunicaba que se trataba de un programa de prueba, que no respetaba la actual normativa medioambiental.
Precisamente ese fue el año en el que VW empezó a instalar el programa en los motores diésel para modificar los resultados de los controles de emisiones y ahorrar dinero. Un portavoz de Bosch, preguntado por Afp, rehusó cualquier comentario amparándose en la «confidencialidad» de sus relaciones con sus clientes.
Segunda advertencia
No habría sido aquel el único aviso. Según la edición dominical del muy serio Frankfurter Allgemeine Zeitung, un empleado de VW habría hecho una advertencia a nivel interno en el 2011, alertando de que ese software podría «infringir» la legislación. Aunque Volkswagen ha decidido asumir las consecuencias de sus actos al anunciar un portavoz del consorcio que «en caso de que tengamos que emprender otras medidas más allá de la actualización del software, lo haremos», va a tener que hacer algo más, disculpas y dimisiones al margen. Y es que las autoridades alemanas han exigido a VW que presente para el próximo 7 de octubre un calendario para subsanar la manipulación de las emisiones de gases contaminantes en sus vehículos, a riesgo de que pierdan si no la homologación, con lo que no podrían circular ni ser comercializados.
El periódico alemán Bild am Sonntag publicó ayer que la Oficina Federal de Vehículos a Motor ha enviado una carta al departamento legal del fabricante de automóviles para que avance cómo va a resolver la cuestión que ha generado el escándalo de la semana pasada. El mayor constructor de vehículos del mundo debe presentar un «plan temporal y de medidas vinculantes» para que todos sus vehículos en Alemania cumplan con los límites legales de emisiones de gases contaminantes sin necesidad de ningún software que altere los datos.
La semana negra para Volkswagen al destaparse que trucó el motor de 11 millones de vehículos ha tenido secuelas en la política alemana, donde la tensión no deja de aumentar.
La ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, criticó que el fraude de VW no ha hecho sino poner nubarrones sobre las empresas alemanas. Es más, el diario Welt am Sonntag asegura que este será el principio de un complot del diésel y que el Gobierno de Angela Merkel aprovechará la coyuntura para retrasar la introducción de un nuevo y mejorado software en la Unión Europea, que está prevista en principio para el 2017.
Bélgica y Suiza suspenden la venta de estos coches
El Gobierno de Italia investigará las emisiones de gases de un millar de coches del grupo Volkswagen, mientras que Suiza suspendió la venta de nuevos modelos diésel con motores trucados y Bélgica ha retirado del mercado los vehículos cuestionados. Además, Francia, México y la India anunciaron su intención de revisar los automóviles del fabricante alemán comercializados en su territorio, informa Dpa.
Italia no repara en gastos. «Cada prueba cuesta unos 8.000 euros, pero vale la pena. Tendremos los resultados en dos o tres meses», aseguró el ministro de Transporte italiano, Graziano Delrio, dijo al diario La Stampa. Añadió que no se va a esperar a que Volkswagen y la oficina de automoción alemana entreguen los datos solicitados.
El ministro italiano manifestó su preocupación por que el escándalo de los motores trucados pueda quebrar la confianza de los consumidores y con ello debilite la economía. «En Italia el consumo lleva tiempo estancado y ahora está remontando porque hubo un repunto de la confianza en el país», señaló Delrio. En términos similares se pronunció también el ministro de Economía, Pier Carlo Padoan. «Si quiebra la confianza, las inversiones corren peligro», dijo.
Paralelamente, la Oficina Federal Suiza de Carreteras (Astra) anunció el viernes que hoy entrará en vigor una suspensión temporal de la homologación de los vehículos afectados. Sin embargo, desde la asociación de importadores todavía no estaba claro cuáles seguirán a la venta con la antigua normativa de emisiones. Los vehículos ya homologados no están afectados.
En Bélgica, el importador de Volkswagen ha retirado del mercado preventivamente los vehículos diésel con los motores cuestionados EA 189 hasta que el consorcio automovilístico proporcione más información. De esta manera se podrá comunicar a los propietarios de los vehículos que viajan con el software trucado. El Ministerio de Finanzas belga estima que en país hay en torno a medio millón de coches afectados.
La Unión Europea ha instado a todos los países europeos a realizar controles y fuentes europeas que pidieron a la agencia Afp el anonimato informaron de la decisión de modificar las pruebas para medir las emisiones con el objetivo de evitar otro engaño.