
El matemático y economista César Molinas aboga por medidas a largo plazo contra el paro estructural y alerta de las ocurrencias en campaña electoral
23 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Concebida como una propuesta analítica sobre el mercado de trabajo en España, César Molinas (Barcelona, 1950), matemático, consultor y economista, presentó ayer en Santiago una investigación que lleva por título Acabar con el paro ¿Queremos? ¿Podemos?. Un libro editado por la Fundación de Estudios Financieros y del que es también autora Pilar García Perea.
-¿Qué propone usted?
-Lo primero de todo es no tener prisa. A base de ocurrencias en plena campaña electoral no vamos a arreglar nada.
-¿Y lo segundo?
-Pensar y actuar a largo plazo.
-¿Cómo se mide eso?
-Una o dos generaciones. Si no hacemos esto, no vamos a resolver el problema.
-El Gobierno presume de que está bajando el desempleo...
-Sí, pero desciende el paro por causas económicas o cíclicas. Cuando la tasa estaba en el 25 %, el BBVA decía que 18 puntos se correspondían con desempleo estructural.
-¿Qué entiende usted por eso?
-Aquel que no depende de oscilaciones y que está relacionado con mantener instituciones, leyes o prácticas poco adecuadas a la generación de empleo. Este libro no hace propuestas para reducir el paro cíclico sino el atribuible a factores estructurales.
-¿No tenemos entonces un problema de modelo productivo?
-Tenemos un problema estructural que es que el sistema educativo español es una máquina de hacer parados.
-¿Por qué motivos?
-No se adecúa a lo que demanda el sector productivo. Si sueltas un chaval a los 17 años y lo único que tiene es cultura general, yo me pregunto en qué va a encontrar empleo.
-¿Se refiere al fracaso de la formación profesional?
-Claro, falta gente preparada. Todo está orientado a ir a la universidad. Y luego nos encontramos con personas sobrecualificación: el 35 % de nuestros licenciados universitarios está subempleado. Y esto convive con una mala especialización.
-¿Es usted optimista respecto a que se pueda trazar una estrategia a medio plazo?
-La democracia no debería ser incompatible con poder pensar a largo plazo. Un buen ejemplo a seguir es la reforma para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones, encomendada a los sabios. Con un paro estructural del 18 % hay que pensar a una generación vista.
-Y hablando del futuro, ¿no le preocupa a usted la precarización del mercado laboral?
-Lo que ocurre es que el empleo como forma de trabajar está desapareciendo: hay otras formas nuevas. Vamos a pasar por una fase muy fuerte de precarización. Y es una inercia inevitable, de cambio de modelo. Pero esto ha ocurrido ya en otras fases de nuestra historia.