El acuerdo aún no ha sido firmado, pero sí autorizado por las autoridades del país
18 feb 2016 . Actualizado a las 12:30 h.Solo queda la firma. Arabia Saudí ya ha dado luz verde al encargo para la fabricación en Navantia de cinco corbetas para su Armada. Es un pedido que algunas fuentes cifran en unos 3.000 millones de euros y que garantiza cinco años de carga de trabajo en las plantas públicas, un contrato que se repartirá entre el astillero ferrolano y el de San Fernando (Cádiz). Aunque la empresa pública hace gala de la prudencia e insiste en que continúa trabajando para llevar a buen puerto el encargo, fuentes conocedoras de la operación sostienen que hace varios días que las principales autoridades del país dieron vía libre a la operación y que incluso el rey saudí ha dado su autorización, aunque por el momento no existe una comunicación por escrito de este permiso. Y de ahí las cautelas.
Así las cosas, únicamente se está a la espera de que Navantia reciba el contrato firmado. En la elección de la fecha precisa en la que se producirá este hito pesa y mucho la cotización del petróleo, que ha caído en picado, golpeando de lleno a los principales países exportadores, entre los que se encuentra Arabia Saudí. Como en todos los encargos de este tipo, la firma supone para el cliente el primer desembolso económico importante al astillero elegido, por lo que el momento elegido para la rúbrica en este caso no es una cuestión de índole menor.
El encargo para la fabricación de las cinco corbetas está produciendo una tensa espera en las comarcas, la ferrolana y la isleña de San Fernando, que se van a beneficiar de este negocio. Dos zonas que están padeciendo especialmente el paro como consecuencia directa de la falta de encargos en los astilleros de Navantia. Alrededor de 2.000 personas trabajarán en la ejecución de esta obra, tanto pertenecientes a la plantilla directa como a las compañías auxiliares, una modificación del tipo Avante 2200 -de mayor tamaño- que ha sido exportado con anterioridad a la Armada de Venezuela. El encargo no solo implicará la fabricación de los cinco navíos, sino también su mantenimiento posterior, así como el adiestramiento de las dotaciones y la formación en el manejo de los equipos. Incluye además la construcción, en Arabia Saudí, de la base a la que estarán adscritas las corbetas y el suministro de los sistemas.
Desde que se conoció que todos los trámites habían sido superados en España para la firma del pedido -entre ellos los avales pertinentes por parte del accionista de la empresa pública, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales- se esperaba el desenlace final al proceso. Representantes de los trabajadores de la factoría gaditana de San Fernando habían declarado esta misma semana que el anuncio sería «cuestión de días».
Si se cumplen esas previsiones, la fabricación de los navíos podría iniciarse antes de que acabe este ejercicio y la intención de la Armada del país es la de contar con los barcos en un plazo de cinco años, por lo que la construcción de los buques se solaparía.
A largo plazo
Pero el acuerdo del mantenimiento de los buques alargaría las relaciones entre Navantia y las autoridades militares saudíes a un plazo mucho mayor. Además, el encargo, que será el de exportación de material de defensa de mayor importe para los astilleros públicos, por delante de los de Venezuela y Australia, podría abrir las puertas a otras obras. De hecho, el país ya había iniciado hace varios años un concurso para la compra de fragatas, en cuya fase final competían, además de Navantia, factorías francesas y de Estados Unidos. Sin embargo, los extensos plazos de desarrollo que tienen las negociaciones para la compra de barcos militares dejó finalmente este posible encargo en un segundo plano, al decantarse las autoridades del país por las corbetas.
En las últimas semanas se han intensificado los contactos entre los máximos responsables de Navantia y la Defensa saudí. Fuentes conocedoras de la operación aseguran que tras pasar por el equivalente al Consejo de Ministros español, el rey manifestó también su conformidad al encargo.
El astillero ferrolano confía en lograr este año otro contrato para la exportación: el de construcción de dos buques logísticos para la Armada de Australia.