El coste de las pensiones se dispara un 60 % en Galicia en solo diez años

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Imagen de archivo. Manifestación de asociaciones de emigrantes retornados de toda Galicia en Ourense.
Imagen de archivo. Manifestación de asociaciones de emigrantes retornados de toda Galicia en Ourense. Antonio Cortés

En la comunidad solo hay 1,2 afiliados por cada persona que cobra una prestación

23 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En solo un decenio, el número de pensionistas se incrementó un 9 % en Galicia. En diciembre del año pasado, ya eran 665.710 las personas que vivían de alguna de las 753.797 prestaciones contributivas -jubilación, viudedad, orfandad, incapacidad permanente o favor de familiares- que la Seguridad Social paga cada mes en la comunidad. Pero no solo hay más pensionistas, sino que cada vez cobran más. La nómina media repuntó en el 2015 un 2 %, hasta los 735,6 euros al mes, y acumula un incremento del 48 % en los últimos diez años.

Eso es lo que explica que, en el mismo período, el gasto total en pensiones se haya disparado un 59 %, hasta los más de 7.829 millones de euros que se abonaron el año pasado en Galicia.

Pero mientras los gastos siguen creciendo, no ocurre lo mismo con los ingresos que sostienen el sistema. Pese al repunte de los dos últimos años, en diciembre había aún 66.723 afiliados a la Seguridad Social menos que en el mismo mes del 2005, un descenso cercano al 7 %. Con esos datos en la mano, en la comunidad solo quedan solo 1,4 trabajadores en activo para sostener cada pensión. Y aunque a la ecuación se le añadan los parados que cobran prestaciones contributivas por desempleo -que cotizan, ya que una parte de su paga se les retiene para ese fin, aunque en la práctica ese pago corre también a cargo del erario- la ratio apenas superaría el 1,5, lejos de los 2,5 cotizantes por pensionista que se consideran necesarios para garantizar la sostenibilidad del sistema actual.

Una tasa a la que Galicia nunca se ha ni aproximado puesto que en el 2007, coincidiendo con el pico de la afiliación previo a la crisis, la proporción apenas llegaba a los 1,7 cotizantes por pensionista (1,5 descontados los parados por los que contribuye el Estado).

La segunda tasa más baja

Pero la cosa empeora si, siguiendo la lógica anterior, se mide la tasa de cobertura de las prestaciones públicas. Esto es, cuántos cotizantes hay por cada pensionista y perceptor de subsidios por desempleo. En ese caso, la ratio baja en Galicia hasta los 1,2 trabajadores por cada persona dependiente del erario, la segunda más baja de todo el país, solo empeorada por Asturias, donde la proporción no llega a los 1,12. Son cuatro décimas menos que la media nacional y más de un punto menos que la comunidad que presenta un mejor registro, Madrid, donde hay 2,34 afiliados por cada perceptor de prestaciones.

Solo cuatro regiones podrían sostener el sistema con sus recursos

Con estos datos en la mano, la sostenibilidad de las pensiones en Galicia y en el resto de comunidades más castigadas por la crisis demográfica solo se explica por un sistema de caja única que aplica el principio la solidaridad interterritorial. Y es que, según un estudio publicado el año pasado por el economista José Antonio Herce, presidente del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones, apenas cuatro comunidades (Madrid, Baleares, Canarias y Murcia) podrían sostener actualmente sus pensiones con las cotizaciones que se generan en sus territorios. Nada que ver con lo que ocurre en otros territorios mucho más castigados no por la crisis económica, sino por la demográfica, como Galicia, Asturias, Extremadura o Castilla y León.

Pero, además de la solidaridad, el sostenimiento del sistema ha sido posible gracias a los fondos acumulados en la hucha de reserva de la Seguridad Social, que solo se empezó a vaciar en el 2012. Desde entonces, se han retirado ya 47.201 millones de euros y, al ritmo al que se consume, solo quedaría dinero para tres años más.

Pero las previsiones apuntan a un sensible descenso de las nuevas pensiones en los próximos años, motivadas por las últimas reformas acometidas. De acuerdo a un estudio del IESE, la pensión máxima bajará un 10 % para los que se jubilen dentro de diez años, como efecto de la aplicación del factor de sostenibilidad, y podría llegar a ser hasta un 35 % más baja dentro de cuarenta.