Con un 5,1 %, solo por detrás de Grecia, dobla la media de la UE
22 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.España es medalla de plata de la Unión Europea, pero no precisamente en algo bueno. Eurostat, la agencia comunitaria de estadística, validó ayer los datos avanzados por el Gobierno en funciones sobre que España cerró el 2015 con un déficit del 5 % del PIB (que se eleva una décima más si se incluyen las ayudas públicas a la banca). No se trata únicamente de que el país sea el segundo con la mayor brecha entre ingresos y gastos, solo por detrás del 7,2 % de Grecia -un país repetidamente rescatado-, sino que la cifra nacional dobla la media de la Unión Europea (UE), que el pasado año cerró en el 2,4 %, bajándolo desde el 3 % del PIB registrado en el 2014. Si la comparación se hace con los países de la eurozona, el resultado es aún peor, casi dos veces y media por encima del 2,1 % del club de la divisa única, que al cierre del pasado año redujo medio punto el déficit del ejercicio previo.
Y es que, mientras que la UE afianza la senda de la estabilidad presupuestaria (Luxemburgo, Alemania y Estonia se anotaron incluso superávit), España ha sumado un nuevo incumplimiento, pues el 5 % rebaja con mucho el 4,2 % que Bruselas había fijado como límite para el 2015. Desde la cifra con la que cerró el ejercicio, alcanzar el 2,8 % del PIB establecido para el 2016 es imposible sin poner en serio riesgo el crecimiento económico del país, como esta misma semana admitía el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, en el Congreso.
Precisamente con ese argumento justificaba los nuevos objetivos de déficit que el Ejecutivo aprobará en el Consejo de Ministros de la próxima semana y remitirá a la Comisión Europea, dentro de la actualización del Programa de Estabilidad y del Plan Nacional de Reformas, junto con la revisión a la baja del cuadro macroeconómico, con un menor crecimiento previsto: del 2,7 y del 2,4 % del PIB respectivamente este año y el próximo.
De Guindos aseguró que la flexibilización del calendario (un año más en la práctica) para salir del procedimiento de déficit excesivo en el que España está incursa por rebasar el 3 %, ya lo había «comentado» con Bruselas, aunque los socios europeos todavía guardan silencio.
De hecho, la Comisión aún no ha decidido oficialmente nada sobre el flagrante incumplimiento español. Pero llevaba meses alertando de él al Ejecutivo, hasta culminar el pasado marzo con la exigencia (vía recomendación) de que el Gobierno meta en cintura a las comunidades autónomas -díscolas en materia de disciplina presupuestaria, con las únicas excepciones de Galicia, Canarias y el País Vasco- poniendo en marcha las medidas coercitivas de la Ley de Estabilidad.
Aviso a las comunidades
En este sentido, el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, remitió ayer mismo otra carta a las comunidades incumplidoras para recordarles que deben corregir su agujero y adaptar sus presupuestos -presentando en el plazo de un mes un Plan Económico Financiero (PEF)- al nuevo límite previsto para este año, que será del 0,7 % para las autonomías, cifra idéntica a la que más que duplicaron el pasado ejercicio (la media se situó en el 1,66 %), en lugar del inalcanzable 0,3 % que estaba previsto para el 2016 .
A la espera de que la CE se pronuncie sobre la pretensión de más flexibilidad reclamada por España, los datos de Eurostat nos dan también calabazas en el otro eje del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC): la deuda pública, que no debe rebasar el 60 %. España cerró el 2015 debiendo el equivalente al 99,2 % de su PIB, solo una décima menos que el ejercicio anterior, cuando alcanzó su máximo.
De nuevo hay una diferencia evidente con el conjunto de la zona euro, ya que el pasado año los países de la moneda única cerraron en una media del 90,7 % del PIB frente al 92 % del 2014. En la UE la deuda se situó en el 85,2 %, bajando desde el 86,8 %.
Por países, Estonia (9,7 %), Luxemburgo (21,4 %), Bulgaria (26,7 %), Letonia (36,4 %) y Rumanía (38,4 %) son los que mejor lo han hecho en Europa en el capítulo de la deuda pública.
Galicia destinará el nuevo margen, de haberlo, a invertir en sanidad y en educación
Galicia cerró el 2015 con un déficit del 0,67 % del PIB, es decir, por debajo del límite del 0,7 % fijado para las comunidades y del que el Gobierno en funciones propondrá nuevamente para este año, confiando en que Bruselas acepte otra prórroga (la tercera del Ejecutivo de Rajoy) y se pueda elevar este año el objetivo al 3,6 % del PIB en lugar del inasumible 2,8 % previsto. En caso de disponer finalmente de ese nuevo margen -desde la Xunta se apelaba ayer a la prudencia, ya que no hay confirmación oficial-, el Gobierno de Alberto Núñez Feijoo lo destinaría a políticas sociales, inversiones o gasto productivo y no, como las comunidades incumplidoras, a cubrir las desviaciones de años precedentes. El montante adicional disponible rondaría los 220 millones de euros.
Según informa Manuel Cheda, desde la delegación de Santiago, el vicepresidente gallego, Alfonso Rueda, en su comparecencia posterior a la reunión del Consello de la Xunta, que presidió en ausencia de Feijoo, de viaje institucional en Argentina, se mostró prudente. «Non temos coñecemento oficial de que se vai ampliar ese marxe», dijo, para añadir que «en todo caso, insisto, non é o mesmo ter cumprido o déficit que non cumprilo. E telo cumprido quere dicir que, se houbera maior capacidade de gasto, vai ser para gasto produtivos e non para pagar a débeda, como terán que facer aqueles que non cumpriron o déficit. Non vai dar igual».
Rueda insistió en que «estamos seguros de que esa ampliación ten que vir complementada con beneficios para os cumpridores. Pero insisto en que a día de hoxe a Xunta non ten ningunha notificación oficial desa ampliación de marxe».