Los concesionarios gallegos improvisan ayudas para amortiguar el fin del PIVE

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

Garantizan sus 750 euros y doblan esfuerzos para suplir la aportación pública

19 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Se acabó el plan PIVE ¿Y ahora qué?», pregunta el cliente de un concesionario. «Tranquilo, vamos a intentar mejorarlo», responde el vendedor. Es una conversación real, que se producía ayer en un concesionario de Vigo, y que da una idea acertada de lo que está ocurriendo en buena parte de la red comercial gallega desde el pasado 30 de julio para amortiguar el efecto del final de las ayudas públicas.

«Nuestra parte está garantizada. Esos 750 euros, como mínimo, están garantizados. Pero el que más y el que menos ha comenzado a asumir también los 750 euros de ayuda que concedía el Gobierno a los beneficiarios del PIVE», explica un responsable de ventas de Citroën.

Temerosas de un parón de las ventas, una vez agotado el plan de ayudas, el mismo fin de semana en el que ya no había fondos disponibles, las marcas se apresuraron a lanzar descuentos para amortiguar el impacto.

La improvisación ha dado lugar a campañas publicitarias cuanto menos llamativas. Por ejemplo, con el lema «Sayonara PIVE», Skoda ofrecía el mismo descuento global de 1.500 euros de la última fase del plan por la compra de 600 coches disponibles en sus concesionarios. Ahora, la marca publicita un «agosto a la bartola», en el que «nuestro becario se encarga de los precios», dicen sus anuncios. 

4.000 euros de rebaja

Ford ha cambiado la campaña PIVE Days por otra con descuentos aplicados a 500 unidades en stock. Peugeot, Renault, Opel, Fiat... todas tienen ofertas para alargar las subvenciones.

El esfuerzo de marcas y vendedores es importante. La ayuda pública y las promociones llegaron a elevar el descuento medio por la compra de un turismo a más de 4.000 euros, según las asociaciones del sector. «Entre las ofertas en vigor de muchas marcas es posibles encontrar todavía esos descuentos aunque ya no haya PIVE, eso sí, siempre con la compra vinculada a la financiación del coche por importes mínimos de entre 8.000 a 10.000 euros», explican fuentes de la red comercial de Peugeot.

¿Están fundados los miedos de los concesionarios? ¿Caerán de forma estrepitosa las ventas, una vez agotado el PIVE? Agosto será el primer mes de prueba, pero la prueba de fuego empezará en septiembre, con la vuelta a la normalidad tras las vacaciones y el bum del alquiler de coches.

En los próximos meses se sabrá, pero el impacto se ve venir. «Aunque las ayudas de este último plan eran un 25 % más bajas que las de programas anteriores (1.500 euros por vehículo en lugar de 2.000 de los otros siete PIVE, con la excepción del segundo), seguía sirviendo para atraer a clientes a los concesionarios, tener tráfico de exposición y facilitar el cierre de operaciones», explica un jefe de ventas de la red Renault.

En la misma línea, desde Nissan afirman que «si bien es cierto que las cantidades recibidas por parte de los compradores se habían reducido en 500 euros y que, además, la ayuda debía ser declarada como ingreso en el IRPF (lo que, a la postre reducía el ahorro), este descenso teórico de fondos se veía compensado por el mayor esfuerzo que realizaban las casas de automóviles».

A la espera de que un nuevo Gobierno active nuevas remesas de ayudas públicas a la compra, David Barrientos, portavoz de la patronal de fabricantes Anfac, no duda al justificar su necesidad: «El PIVE es un ejemplo de éxito de colaboración público-privada, ha dejado en las arcas públicas más de 5.000 millones y un efecto sobre la economía valorado en más de 10.000 millones».

El sector no podrá contar con nuevas bonificaciones mientras no se forme Gobierno

Hace cuatro años, en plena crisis, y con la difícil objetivo de salvar al sector del automóvil, arrancó el primer plan PIVE en España. Ese año (2012) se matricularon 699.589 turismos, la peor cifra registrada en el país desde 1986, según datos de la patronal Anfac.

Agotados los fondos de la octava y última edición, los siete primeros meses de este 2016 han dejado 730.540 unidades matriculadas (24.217, en Galicia).

El sector estima que este año debería acabar con 1.150.000 turismos matriculados, 1.350.000 contando con los vehículos comerciales. Un panorama alentador para el automóvil, pero que no evita que empiecen a entrar dudas sobre la viabilidad del pronóstico debido a que en los próximos meses deberán enfrentarse a las dificultades sin muletas.

Desde Faconauto, la patronal de los concesionarios, explican que el Gobierno en funciones no podrá aprobar más partidas de gasto en lo que queda de año, ya que hoy ha decretado el cierre contable de la Administración (para cumplir con el objetivo del déficit fijado por Brusela). En resumen, solo gastará en pensiones, prestaciones de paro, salarios, pagos de la deuda, arrendamientos o contratos de servicios ya adjudicados.

Tampoco podrá aprobar partidas superiores a los 12 millones de euros. Por lo que, teniendo en cuenta que el último Plan PIVE necesitó 225 millones de euros, hasta que no se desbloquee la situación política el sector del automóvil no contará con más ayudas.

«Este mercado depende de si se logran aprobar unos nuevos Presupuestos Generales antes del 30 de septiembre o, por el contrario, se prorrogan los de 2016», recuerda el sector comercial.