El número dos de la entidad alaba a Ron por ser «un banquero de toda la vida»
16 dic 2016 . Actualizado a las 07:44 h.Tras cien días en el cargo, el consejero delegado del Banco Popular, Pedro Larena, se reafirmó ayer en la primera definición que hizo de la entidad: «Es un bancazo». Pero en su primera intervención pública tras el cisma en el consejo de administración que acabó con el relevo de Ángel Ron y su sustitución por Emilio Saracho -el cambio de presidente será efectivo en el primer trimestre del próximo año-, Larena hizo un diagnóstico más preciso, admitiendo que «el Popular es un banco herido, pero que está reaccionando».
Durante el duodécimo encuentro del sector bancario, organizado por el IESE y EY, el número dos del Popular insistió en que la entidad «es un gran banco que tiene sus dificultades y sus fortalezas». Sobre las primeras apuntó que «tienen que ver con una decisión que se tomó en un momento del pasado, no adecuado, y nos tenemos que librar de esa herencia», dijo, en referencia al considerable lastre inmobiliario que tiene la entidad.
Por contra, defendió el negocio tradicional del banco, «que va muy bien». «Seguimos creciendo en lo que somos buenos, y esta franquicia es una joya», insistió, destacando también la valía de la plantilla: «Tenemos un equipo humano de narices, buenísimo, y no estamos acostumbrados a aparecer en el periódico todos los días por cosas que no tienen que ver con el negocio».
El Popular, segundo banco en Galicia y con 60.000 accionistas en la comunidad, ha sufrido este año una auténtica debacle en bolsa. Las luchas internas por el control del consejo y la desconfianza del mercado sobre el plan para deshacerse del exceso de ladrillo hicieron que la acción llegara a caer un 70 %, hasta su mínimo histórico (0,77 euros). El anuncio de los próximos cambios, sin embargo, impulsó el movimiento contrario y los títulos han recuperado ya un 31 %. Ayer cerraron por encima del euro.
Mensaje a los accionistas
Por ello, Larena envió un mensaje positivo a los accionistas subrayando que es «un banco sólido que está curándose de los problemas que tiene, que no son definitivos ni mortales en absoluto, con un negocio principal que asegura su permanencia».
Del presidente saliente, el gallego Ángel Ron, aseguró que es un «tío fantástico, una gran persona, impecable, un banquero de toda la vida», mientras que de Saracho indicó que «es una joya y con mucho conocimiento del sector» y, que él supiera, no llegaba con mandato de vender el banco.
Sobre el futuro del Popular y las especulaciones sobre potenciales fusiones, no dio pistas e incluso bromeó al respecto: «¿Qué es eso de la concentración bancaria?», respondió a una pregunta del moderador de la jornada.
Diferencias sobre comisiones
Durante el encuentro, que reunió a los consejeros delegados de las principales entidades financieras del país, el cobro de comisiones a los clientes fue un tema recurrente, evidenciando posturas contrapuestas.
José Sevilla (Bankia) lo consideró «un error estratégico», insistiendo en que cobrar sin un gran valor añadido solo «molesta a los clientes» pero no resuelve los problemas de rentabilidad del sector, mientras que el presidente de la patronal bancaria, José María Roldán, abogó por «no dar puñaladas de pícaro» a los clientes y apostar por relaciones a largo plazo. Por contra, en defensa de las comisiones se manifestaron Larena y José Antonio Álvarez, número dos del Santander, que precisamente acaba de anunciar subidas en los cobros de su cuenta estrella.