Sí, sigue habiendo desahucios. Por impago de alquileres y por ejecuciones hipotecarias. Millones de personas aún no tienen garantizado su derecho a una vivienda digna. ¿Le sorprende? Pues algunos parecen empeñados en repetir, ya no como dogma, sino cada vez más como hecho alternativo, que con el mero crecimiento económico ya basta para acabar con la pobreza o los desahucios.
La realidad es tozuda. Que la pobreza es un problema de Estado acaba de reconocerlo hasta el Consejo Económico y Social. El terremoto de la crisis económica lo siguen padeciendo las clases medias, pero sobre todo quienes menos tienen y ganan. Y como en cualquier terremoto, aunque no haya temblores, las víctimas siguen entre los escombros. La pobreza severa (ingresar menos de 332 euros al mes) afecta en España a 3,5 millones de personas, 326.000 más que el año anterior. Más de 720.000 hogares siguen sin ingresos, el doble que en el 2007. Abruman las evidencias de que la desigualdad avanza sin freno, impidiendo a muchas personas, sobre todo a las más jóvenes, pensar en un futuro decente.
Y no, la mejor política social ya no es solo el empleo. Si no le ponemos el apellido digno es otra cosa: precariedad. Bienvenidos los 547.000 nuevos empleos del 2016, pero ¿cómo podrán pagar la hipoteca o el alquiler el 14 % de trabajadores pobres que cobran menos de 660 euros al mes? ¿Y el 56 % de personas que llevan más de 600 días, uno tras otro, buscando empleo? ¿Y el 47 % sin prestaciones por desempleo y sometidos a la violencia administrativa de recorrer mostradores y rellenar formularios?
Hay luces. Tarde, pero la Justicia europea sigue escarbando en la normativa hipotecaria española permitiendo paralizar judicialmente ejecuciones si se observan cláusulas hipotecarias abusivas. En la Xunta se empieza a huir de los espasmos cortoplacistas con medidas como el bono de alquiler social o el censo de viviendas vacías. Y los cuatro grupos parlamentarios están de acuerdo en la necesidad urgente de reforzar programas de apoyo a la vivienda. Que lo demuestren donde gobiernan.
Xosé Cuns es responsable del blog «No me pidan calma» en www.lavozdegalicia.es