La mayoría de los clientes accionistas rescatarán su dinero, pero en bonos y, como muy pronto, dentro de 7 años
16 jul 2017 . Actualizado a las 10:09 h.El Santander ya tiene claro cómo va a compensar a los que, de la noche a la mañana, perdieron su dinero cuando, hace poco más de un mes, Europa decidió dejar caer al Popular y adjudicárselo por 1 euro a la entidad que pilota Ana Botín. Y eso que «no tiene obligación legal» de hacerlo, recalcan desde el banco. Pero el bálsamo con el que Botín pretende cerrar las heridas no es para todos. Solo para los más fieles. Además, no todos lo recuperarán todo. Y el dinero no se lo van a devolver en efectivo.
De hecho ya son varias las voces que se han alzado contra el remedio elegido, que consideran insuficiente y hasta «tramposo».
A continuación, algunas de las principales claves de la operación diseñada por el Santander.
¿Quiénes se beneficiarán de la compensación?
Para empezar, quedan excluidos todos aquellos que decidieron romper su relación con el Popular o el Pastor tras el fiasco. O antes, viéndolas venir. Porque para recibir la compensación hay que ser cliente del Pastor o del Popular o del Santander. Ni siquiera vale si se ha reducido la vinculación tras la caída del banco. Es decir, si se ha decidido, por ejemplo rescatar un fondo de inversión.
¿Todos los que tuviesen acciones en cartera y sean clientes serán compensados?
No. Solo los que acudieron a la ampliación de capital realizada entre el 26 de mayo y el 21 de junio del 2016, antes de que saltaran a la luz los problemas de enjundia que arrastraba la entidad. Y también quienes adquirieron obligaciones subordinadas entre julio y octubre del 2011.
¿Y dentro de ese grupo de «elegidos» hay excepciones?
Pues sí. Se quedan fuera los miembros del consejo del Popular en el momento de la intervención europea, el pasado 6 de junio y las personas vinculadas a ellos. Y otro tanto les ocurre a los accionistas con «una participación significativa» en el banco. Esto último deja fuera, entre otros, al mexicano Antonio del Valle, a la familia chilena Luksic o a la sindicatura de accionistas.
¿Les van a devolver a los afectados el dinero contante y sonante?
No. Lo que van a recibir es el importe de su inversión en bonos. Unos bonos que se entregarán el próximo mes de septiembre. Les rentarán un 1 % al año. El interés se lo pagarán trimestralmente. Es deuda perpetua. Lo que quiere decir que se amortizará cuando el Santander lo decida. Y eso no va a ocurrir, como poco, hasta dentro de siete años. En el 2024. Aunque eso sí, van a cotizar en el mercado de deuda. Con lo que quien los quiera vender antes podrá hacerlo si encuentra comprador. Ahora, ¿a qué precio? De momento no se sabe.
Además, ese interés del 1 % anual del que se hablaba unas líneas atrás es «discrecional». Traducido: que si vienen mal dadas las cosas, el Santander puede dejar de abonarlo.
¿Hay más condiciones que deben cumplir?
Sí. Dos más. Una vez recibidos los bonos hay que seguir siendo cliente del banco. Con la misma vinculación. Al menos durante siete años. A no ser que se vendan los títulos en el mercado de deuda. Y además, han de renunciar expresamente a emprender acciones judiciales contra el banco por la resolución del Popular, o abandonarlas en el caso de que ya las hubiesen iniciado.
¿Todos recuperarán todo el dinero?
No. Solo quienes invirtieron hasta 100.000 euros recuperarán todo el dinero. Entre 100.000 y 500.000, el 75 % de lo invertido. Para cifras de entre medio y un millón de euros, el 50 %.
De acuerdo con los cálculos del Santander, el 99 % de quienes acudieron a la ampliación de capital del 2016 invirtieron menos de 100.000 euros. Por lo que la mayoría lo recuperarán todo, según esos cálculos.
Si lo que compraron fueron obligaciones subordinadas entre julio y octubre del 2011, a las cantidades a devolver se le restarán los intereses que hayan ido percibiendo desde entonces.
¿Y los demás?
A los inversores que han perdido su dinero y que no cumplen los requisitos para recibir la compensación solo les quedan los tribunales. La mayoría están reclamando por la vía civil, aunque también hay querellas penales e incluso recursos contencioso-administrativos, como los representados ya por Luksic y la OCU.
¿Qué gana el Santander con la operación?
Botín quiere matar varios pájaros de un tiro. Para empezar, retener a los que considera los clientes más fieles del Popular y del Pastor. Para seguir, poner freno al aluvión de litigios que se le viene encima. Y para finalizar, algo más técnico. Incrementa su colchón anticrisis. Esta deuda cuenta en los requisitos que exige Bruselas.