Sánchez anuncia, sin detallarlos, 11.000 millones para empresas y autónomos

Ana Balseiro
A. BALSEIRO MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Joaquín Reina

Las ayudas irán a los sectores más golpeados, como el turismo o la hostelería

24 feb 2021 . Actualizado a las 19:59 h.

«El Ejecutivo va a aprobar próximamente un paquete adicional de 11.000 millones de euros para nuevas actuaciones para empresas, para pymes y para trabajadores autónomos». Así anunció este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, una nueva remesa de fondos con la que aliviar la asfixia de los sectores más golpeados por la pandemia, como el turismo, la hostelería o el pequeño comercio.

Lo anunció al inicio de su intervención ante el pleno del Congreso en el que ayer daba cuenta de la gestión del estado de alarma, que continuará en vigor hasta el próximo 9 de mayo. La noticia llega prácticamente coincidiendo con el aniversario del estallido de la crisis sanitaria y después de que en las últimas semanas arreciaran las protestas de hosteleros y comerciantes, exigiendo al Gobierno la concesión de ayudas directas para mantener a flote sus negocios.

Sin embargo, más allá de calificar de «importante» la cantidad de recursos públicos cuya movilización aprobará el Consejo de Ministros en las «próximas semanas», poco más desveló Sánchez sobre esos 11.000 millones.

El único detalle en el que abundó fue que supondrán el apoyo que el tejido productivo precisa «durante las duras semanas que todavía tenemos por delante para superar definitivamente la pandemia» y que se destinarán a sectores que «crecían y eran competitivos antes de la pandemia y que ahora se encuentran en una situación extremadamente difícil». Así, el objetivo será «reforzar la solvencia de sus balances [en referencia a las empresas y negocios beneficiarios] y que puedan retomar su actividad económica, hacer las inversiones necesarias y contratar a los trabajadores que requieren para iniciar la recuperación económica en plenitud de facultades».

Aunque los diferentes grupos parlamentarios le pidieron al presidente que concretara si esos 11.000 millones serían ayudas directas —como reclaman los afectados, las organizaciones de empresarios e incluso el Banco de España— y quienes y cómo podrán acceder a ellas, Sánchez no dio más pistas. Así, queda en el aire si el nuevo paquete de fondos se articulará a través de inyecciones directas a los sectores en mayores dificultades, como en otros países vecinos, como Alemania o Francia.

En su respuesta al líder de la oposición, Pablo Casado, Sánchez se limitó a afearle que considerase insuficiente cualquier cuantía que se anunciara —Casado reclamó 50.000 millones—, algo que, a su juicio, le hacía «perder credibilidad» ante la ciudadanía. «Le pido que apoye esos 11.000 millones, porque serán buenos para las empresas, los autónomos y las pymes», dijo.

Pese a que el presidente no concretó la naturaleza de las ayudas, desde el Ministerio de Economía precisaron que serían directas, lo que no aclara demasiado, ya que hay que matizar que el Ejecutivo incluye en esa categoría, por ejemplo, a los ERTE.

El 20 % del PIB frente al virus

De hecho, el volumen de los recursos públicos movilizados por el Gobierno para paliar el impacto de la pandemia también difiere notablemente según quién lo compute. Y es que ayer en el Congreso Sánchez sacó pecho asegurando que se había destinado el 20 % del PIB a frenar el golpe del covid, «en un ejercicio de protección nunca visto antes», entre los avales públicos del ICO, la protección del empleo de los ERTE y las transferencias a las comunidades autónomas. En concreto, elevó a 40.000 millones lo destinado a los ERTE y a más de 24.000 millones las transferencias a las autonomías.

Sin embargo, un reciente informe del Banco Central Europeo (BCE) situaba a España a la cola de la UE en los estímulos fiscales destinados a paliar el impacto económico de la pandemia en el 2020: un 1,3 % del PIB frente a la media europea del 4 %. En lo que sí coincide el BCE es en que el Ejecutivo fue más proactivo en los créditos ICO, en los que se situó como cuarto país europeo, tras Italia, Alemania y Francia.