La tensión mundial enfría el furor de las salidas a Bolsa tras dos años de sequía

clara alba MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Altea Tejido | EFE

El éxito o fracaso que logre Puig en su debut será vital para que empresas como Volotea o Tendam aceleren sus planes de cotizar en el mercado

22 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay apetito. Los inversores tienen ganas de aire fresco en el mercado español tras dos años de sequía que han impedido diversificar riesgo y perpetuar la enorme dependencia de la Bolsa de sectores como banca, energía y construcción. La operación anunciada por la firma de cosmética Puig resulta crucial en este sentido. Primero, por su valoración, con un rango de precios que situaría la capitalización de la compañía entre los 13.900 millones y un mínimo de 12.700 millones. Se trata de la mayor oferta desde la de AENA en 2015 y sitúa el valor de la empresa por encima del de ACS o el de IAG y a las puertas de los 18.000 millones que capitaliza Repsol.

Segundo, porque si sale bien, su estreno será la llave para que otras grandes empresas en la pista de salida aceleren sus planes de debut. Cabe recordar que el último gran estreno en el parqué nacional fue el de Opdenergy en el 2022. Pero hay que remontarse más allá para rememorar las grandes colocaciones que hace una década protagonizaron Endesa, Applus, Talgo o Cellnex.

«Por lo general, las salidas a Bolsa se producen cuando hay un ciclo alcista del mercado, porque los accionistas quieren colocar al máximo precio posible para sacar rentabilidad y, con lo que hemos corrido ya, es el momento», explica Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep Finance. «Todo lo que tenga que ver con sectores que lo están haciendo bien, también en Europa, como el lujo o el turismo, será bien acogido», insiste. Y son precisamente varias de estas empresas las que, según fuentes financieras, tienen más avanzados sus planes de estreno para este 2024.

«Las condiciones del mercado han mejorado muy sensiblemente tras una fuerte recuperación de las bolsas en un contexto de menor inflación y expectativas de posibles bajadas de tipos sin que se haya materializado la temida recesión», añaden desde BBVA Corporate & Investment Banking en un reciente análisis.

Una normalización del ciclo que, según coincide Alvargonzález, contribuye a que las empresas vuelvan a plantearse acudir al mercado para seguir creciendo. Entre los nombres que se barajan destaca el del grupo de moda Tendam, dueño de marcas como Cortefiel, Women Secret's, Pedro del Hierro o Hoss Intropia, cuya valoración podría rondar los 2.000 o 2.500 millones de euros. Una cifra inferior a los 4.000 millones que, según los analistas, podría llegar a capitalizar Hotelbeds, que recientemente decidió retrasar a finales de año su debut.

En el radar de los inversores también está Europastry, una empresa líder en el sector de masas de pan congeladas, que ya intentó dar el salto en el 2007 y en el 2019. Ahora la empresa propiedad de la familia Gallés quiere aprovechar la mejora de sus resultados —con un crecimiento en sus ventas del 20 % el pasado año- con el fondo MCH planeando colocar el 20 % que tiene en la compañía.

Sector turístico

El tirón del sector turístico también anticipa la llegada al mercado de otras firmas que llevan tiempo en espera para buscar financiación. Una de ellas —sobre la que hay mejores perspectivas— es la aerolínea con sede en Asturias Volotea, cuyo consejero delegado, Carlos Muñoz, ya ha confirmado la operación, aunque a la espera de que se den las condiciones adecuadas y, sobre todo, que las salidas a Bolsa de las grandes abran las puertas del mercado a las de menor tamaño.

Por eso la operación de Puig resulta crucial. De momento las cosas pintan bien, después de que haya conseguido, en apenas unas horas, cerrar la demanda suficiente para completar el total de su oferta. La euforia es absoluta. Pero algunas voces llaman a la prudencia, recordando que los shocks externos han paralizado en otras ocasiones operaciones que estaban prácticamente hechas. Las más recientes, las de Cosentino o Cirsa, que aplazaron su debut en plena tormenta financiera por la caída de la banca local en EE.UU. hace un año.

La incertidumbre se centra ahora en la tensión geopolítica en Oriente Próximo, que amenaza con hacer menos atractivo el mercado para una venta que se acople a las expectativas de rentabilidad de los accionistas. «Los inversores deben procesar las consecuencias del conflicto, que podría impactar en la economía global con el incremento del precio del crudo, factor inflacionista que condicionaría a los bancos centrales», advierte Juan José Fernández-Figares, analista de la firma Link Securities.

El papel clave de la CNMV y el gestor de los mercados

En este escenario de tensiones mundiales crecientes, el consenso, no obstante, confía en la resistencia del mercado frente a un tablero de juego tan cambiante, siempre que las tensiones no vayan a más. Si no, las valoraciones podrían verse resentidas y enturbiar los planes de buscar crecimiento en el parqué.

En cualquier caso, el fracaso de los mercados en los últimos años para atraer nuevas compañías se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para quienes gestionan este mecanismo de financiación empresarial. Con ese telón de fondo, Bolsas y Mercados Españoles (BME) lanzó a principios de año un Libro Blanco con 56 propuestas para facilitar que las compañías estén más presentes no solo en la Bolsa, sino también en los mercados de deuda del país, y no fuera.

El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, también lleva años advirtiendo de la urgencia por impulsar la competitividad del mercado español. «Un mercado de valores dinámico favorece la existencia de métodos de financiación alternativos a la bancaria», expresan desde el organismo.

Sin embargo, las incertidumbres vigentes en los mercados en los últimos años, así como la competencia de otras modalidades como la propia deuda o el capital privado, «han desincentivado las decisiones de salida a Bolsa de numerosas compañías o han motivado la cancelación de los planes de acceso al mercado bursátil de otras, al no poderse alcanzar las expectativas de valoración establecidas por parte de las empresas en cuestión», añade el supervisor.

Ahora, con las operaciones previstas, tanto la CNMV como el gestor de los mercados aspiran a sacarse esa espinita de los últimos años, cerrando un ciclo en el que el número de exclusiones de Bolsa ha sido mucho mayor que el de los toques de campana para recibir a un nuevo miembro en el parqué.