Guía para padres que secundan la huelga de deberes

La Voz

EDUCACIÓN

Nacho Gallego | efe

¿Qué tienen que hacer las familias que quieran sumarse a esta medida de presión? ¿Pueden sus hijos, sin más, negarse a hacer las tareas escolares?

02 nov 2016 . Actualizado a las 20:04 h.

Este 2 de noviembre, el primer día lectivo del mes, los padres españoles arrancaron la primera huelga de deberes, una llamativa campaña que persigue el cambio de modelo pedagógico, que supone trabajar más en el aula y menos en casa. ¿Qué tienen que hacer las familias que secundan esta medida de presión? ¿Pueden sus hijos, sin más, negarse a hacer las tareas escolares? La Federación de Padres Miguel Virgós ha compartido una serie de material que sirve como argumentario y también como guía de actuación. Indican, en él, que el primer paso debe ser, siempre, hablar con los niños. El segundo dirigirse al tutor. El objetivo, asegura la asociación, es cambiar un sistema «rancio y arcaico» y sustituirlo por uno más moderno y justo, que permita a las familias disfrutar de tiempo libre y que no suponga ningún sobrecoste a sus maltrechas economías. Son mayoría los alumnos que, en alguna ocasión, requieren clases particulares, un apoyo que no todo el mundo puede permitirse.

La guía para padres

Después de hablar con los niños y explicar por qué no van a hacer deberes durante el mes de noviembre, el siguiente paso será dirigirse al tutor para comunicarle que secundará la huelga y que no se le encargue deberes escolares durante los fines de semana.  

A continuación, se convocarían reuniones de las asociaciones de padres y madres para difundir la campaña y para concienciar de que las tareas escolares en casa son innecesarias, no mejoran los resultados escolares y generan desigualdades. Al mismo tiempo, es aconsejable ponerse en contacto con la dirección de los centros para pedir permiso para explicar a iniciativa en el claustro. 

Qué hacer en caso de una negativa

Puede darse el caso de que los docentes se nieguen e impongan deberes a un alumno cuya familia secunda la huelga. ¿Qué debe hacer? De nuevo, el primer paso sería dirigirse directamente a ese profesor o maestros y trasladarle personalmente la decisión. Si tampoco funciona, deberá intentarse llegar a un acuerdo sobre el volumen de tareas para que puedan quedar listos en pocas horas. Si la negativa es de varios docentes, y no solo de uno, entonces el interlocutor tiene que ser el tutor.

Podría pasar que ninguna de estas estrategias funcionara. Entonces los padres tienen que elegir entre desistir -alternativa que las asociaciones de padres no alientan, porque supone renuncia a un derecho- o priorizar las actividades familiares y el tiempo libre por encima de los deberes. No obstante, en este caso, se aconseja a las familias que realicen una cuidadosa labor pedagógica y que no culpabilicen ni critiquen al profesor delante del niño, ya que volverán a estar juntos en el aula al lunes siguiente y podría entorpecer su relación. Es preferible que las conversaciones con el personal de colegios o institutos se produzcan sin los estudiantes delante.

También puede suceder que un alumno, en contra del criterio de los padres, quiera hacer sus deberes. ¿Cómo reaccionar? Si ellos priorizaran sus deberes, será importante atender su petición, porque no haber obtenido una buena respuesta desde el centro educativo no puede justificar desatender las necesidades de los niños. Aún así, se recomienda pasar más tiempo juntos los fines de semana. 

Recomendación global

Cuente o no con el respaldo de los docentes, todos los padres deberían entregar, cada lunes, una nota en la que se argumenten las razones por las que las tareas han quedado sin hacer, en su totalidad o en parte. También para este escrito se ha elaborado un modelo, que está disponible en la web de la Confederación de Asociaciones de Padres (Ceapa). Siempre que sea posible, se recomienda que ese papel se entregue directamente y no através de los alumnos. 

Argumentario

El argumentario sobre el que se sostiene esta huelga apuesta por un nuevo sistema que aparque los libros de texto y apueste por el material propio elaborado por los docentes. Pretende que los horarios y el calendario se organicen de otro modo, con lo que denomina tiempos escolares. Persigue convertir el aula en un lugar más activo y que apenas haya deberes, las bases necesarias para garantizar una escuela pública, gratuita y equitativa.