Pedro Sánchez: «No habrá gran coalición ni Iglesias será presidente»

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ELECCIONES 2016

El dirigente socialista cree que, aunque el PP lograra formar un Ejecutivo, «su Gobierno sería muy inestable»

16 jun 2016 . Actualizado a las 20:35 h.

 Tras la polémica suscitada el miércoles por el exministro y gurú económico del PSOE Jordi Sevilla al asegurar que, para evitar nuevas elecciones, debería dejarse gobernar al candidato que tenga más apoyos parlamentarios, Pedro Sánchez aclara que su partido no hará presidente del Gobierno ni a Mariano Rajoy ni a nadie del PP. El líder socialista estará hoy en Pontevedra y Vigo.

-¿Está de acuerdo con lo que ha dicho Jordi Sevilla?

-Lo que ha dicho Jordi Sevilla es lo que yo vengo diciendo desde hace tiempo, que en un sistema parlamentario debe gobernar el candidato que tenga más apoyos en el Congreso, no el que encabece la lista más votada. Haciendo un símil con el fútbol, quien gana la Liga no es quien gana más partidos sino quien acumula más puntos. Por eso le pido a Rajoy y al PP que no veten otra vez al candidato del partido que cuente con más apoyos en el Congreso para presentarse a la investidura como hizo en marzo, con el señor Iglesias como aliado.

-¿Estaría dispuesto a permitir gobernar a Rajoy para que no haya terceras elecciones?

Ed Carosía

-Si hay algo en lo que coinciden todas las encuestas es en que nadie va a poder gobernar en solitario y eso incapacita al señor Rajoy para ser presidente del Gobierno. Votar al PP es inútil, porque nadie va a pactar con él; ni siquiera Ciudadanos, que es ideológicamente cercano, quiere apoyarlo. Le reitero que el PSOE no va a hacer presidente del Gobierno ni a Rajoy ni a nadie del PP. Por ello, tendremos que entendernos las tres fuerzas políticas del cambio. Además, aunque el PP llegara a gobernar, su Gobierno sería muy inestable. Por tanto, los españoles tendrán que decir quién será el presidente, pues Rajoy no puede serlo. Rajoy es un presidente aislado, sin capacidad de llegar a acuerdos con nadie, asediado por los casos de corrupción, autocomplaciente, agotado, sin ideas ni propuestas para dar respuesta a los problemas de la ciudadanía y frente a ello el PSOE tiene un proyecto, habla de soluciones, y claramente representa las dos cosas que necesita este país, cambio el 26 de junio y Gobierno de progreso el 27. El PSOE sale a ganar, a ser la primera fuerza política, creo que la única salida al atasco político que vive España, provocado por los extremos, es un PSOE fuerte.

-Usted sostuvo ante empresarios catalanes que en ningún caso habrá terceras elecciones. ¿Qué quiso decir?

-Lo que digo es que si los españoles confían en aquellos que hemos trabajado por el cambio desde el diálogo frente a aquellos que lo han bloqueado en España no habrá nuevas elecciones.

-¿Apoyaría a Pablo Iglesias como presidente del Gobierno?

-El señor Iglesias se va a volver a encontrar en la misma disyuntiva que después del 20 de diciembre, si seguir bloqueando el cambio o apoyar a un presidente socialista. Por tanto, la única garantía de que aquellos que dijeron no digan sí es que gane el PSOE. Iglesias plantea dos imposibles: superar al PSOE con su conglomerado de siglas para someterlo y que el PP y el PSOE se unan en una gran coalición para ocupar todo el espacio de la izquierda. Pero no lo va a conseguir, no va a haber gran coalición ni Iglesias va a ser presidente del Gobierno.

-Insisto, ¿en caso de que se produzca el «sorpasso» que pronostican todas las encuestas y den los números, le apoyaría?

-Mire, yo creo que soy bastante claro, el PSOE sale a ganar las elecciones. Lo que es evidente es que después del 26 de junio nadie va a poder gobernar en solitario y en consecuencia el PSOE es quien puede garantizar el cambio, las políticas socialdemócratas y el Estado de bienestar, darle un sentido al cambio y liderarlo desde la presidencia del Gobierno.

-Pero le repito que todas las encuestas colocan al PSOE en tercera posición y muy lejos del PP.

-Los españoles quieren mucho más al PSOE que las empresas demoscópicas. Ya se está dando la movilización de los votantes socialistas, detectamos una remontada, la ciudadanía en general y en particular los socialistas se han dado cuenta de que estas elecciones son aún más importantes que las del 20 de diciembre. Estamos hablando en esta campaña de las soluciones a los problemas de la ciudadanía y así vamos a convencer a los que dudan a quién votar.

-¿Si se repite un escenario similar al del 20D volvería a intentar formar un Gobierno transversal con Ciudadanos y Podemos?

-No voy a vetar a ninguna fuerza política del cambio, incluida Podemos. Lo que dicen todas las encuestas es que va a haber de nuevo una mayoría de cambio en el Congreso y el único partido que puede garantizar el liderazgo de ese cambio y la formación de un Gobierno basado en el entendimiento entre distintos partidos es el PSOE. Llama la atención que quienes, como hizo el señor Iglesias, bloquearon el cambio nos exijan ahora que elijamos, que digamos con quién vamos a pactar. Nosotros ya elegimos el 2 y el 4 de marzo e Iglesias también eligió, legítimamente, decir no a un Gobierno de progreso, que estaría poniendo en marcha muchas de las cosas que defiende su programa, como la universalidad de la sanidad pública, la recuperación de la ley de dependencia, derogar la reforma laboral o aumentar el salario mínimo interprofesional, que eran medidas de mi programa de investidura. Por tanto, creo que los votantes progresistas deben recordar lo que ocurrió a principios de marzo y en consecuencia no volver a tropezar dos veces en la misma piedra y es la de confiar en alguien que pide el voto para el cambio y acaba bloqueándolo. La lección que hay que sacar de los últimos seis meses para aquellos que quieran cambiar España y poner punto final al Gobierno de Rajoy es que la única garantía de cambio es el PSOE.

-¿Se presentará a revalidar la secretaría general en el congreso federal sea cual sea el resultado del PSOE en las elecciones?

-Mire, creo que he demostrado a lo largo de mi carrera política y sobre todo en estos seis meses que cumplo mi palabra. Podría haber sido presidente del Gobierno y cumplí mi palabra de que no iba a serlo a cualquier precio, aceptando el trágala de la vicepresidencia plenipotenciaria del señor Iglesias para controlar a los espías y el apoyo de grupos políticos que quieren romper España. Es más, en dos años me someteré a una cuestión de confianza para demostrar que cumplo con la palabra dada y que rindo cuentas ante los españoles. A partir de ahí espero presentarme al congreso del PSOE como presidente del Gobierno. No aspiro a perpetuarme en política, pero estoy al principio de mi mandato, no llevo ni dos años al frente del partido. Mi futuro lo decidirán primero los españoles y luego los militantes socialistas.

-¿Pero contempla la posibilidad de dimitir si hay «sorpasso»?

-El PSOE va a ser la primera fuerza política.

-¿Se cree la conversión de Iglesias a la socialdemocracia?

-Iglesias es socialdemócrata cuando habla conmigo, comunista cuando habla con Garzón, anticapitalista cuando habla con la líder de Podemos en Andalucía, peronista cuando se refiere a Errejón. Iglesias es eso y muchísimo más que todo eso, cualquier cosa con tal de llegar al poder. Yo soy socialista de toda la vida y la gente que vaya a votar al PSOE sabe lo que está votando, que es la socialdemocracia.

«El líder de Podemos antepone el derecho de autodeterminación a otros derechos»

Pedro Sánchez asegura que para Pablo Iglesias el derecho de autodeterminación es una línea roja para negociar con los socialistas.

-Meritxell Batet, la cabeza de lista por Barcelona, y otros dirigentes han dicho que el programa del PSOE está más próximo al de Podemos que al de Ciudadanos. ¿Es así?

-Antes de decidir con quién hay que responder a la pregunta de hacia dónde quieres dirigir el país, ver en qué políticas nos podemos entender con distintas formaciones políticas. Hace poco presenté un documento donde se establecen los principales criterios para pactar. Le voy a decir tres: la derogación de la reforma laboral y la aprobación de un nuevo estatuto de los trabajadores; una reforma fiscal progresiva que defienda a la clase media y trabajadora y que implique que no se recorta el Estado de bienestar como Rajoy ha prometido a Bruselas; y reformar la Constitución y no abrir el derecho de autodeterminación de Galicia, el País Vasco y Cataluña, que fue la línea roja que el señor Iglesias nos puso para entendernos y dialogar. Aunque ahora diga que no es una línea roja le puedo asegurar, porque lo he vivido, que sí lo es.

-¿Pero sus programas están más cercanos o no?

-Se lo digo de otra manera. En política, a diferencia de las matemáticas, el orden de los factores sí altera el producto. Yo no niego que Iglesias quiera reconstruir muchos de los derechos sociales desmantelados por el PP, pero siempre va a anteponer un derecho a esos otros derechos y es el derecho a la autodeterminación de Cataluña, el País Vasco y Galicia. Ha sido uno de los elementos centrales de sus discurso en estos últimos seis meses.  

«En Marea se plegó a Iglesias sin atender a los intereses de los gallegos»

El candidato socialista se muestra crítico con la gestión de los ayuntamientos de las mareas y afirma que si En Marea no se hubiera plegado a Pablo Iglesias y hubiera atendido a los intereses de los gallegos, habría votado en la investidura a favor de un Gobierno progresista.

-¿Cuáles son sus ofertas para mejorar la vida de los gallegos?

-Yo quiero para Galicia lo que quiero para España: cambio y progreso. Quiero recuperar una educación y sanidad públicas, universales y de calidad. Quiero un ingreso mínimo vital que saque de la pobreza a más de 700.000 familias y una subida progresiva del salario mínimo que permita luchar contra la precariedad laboral y los trabajadores pobres. Quiero unas pensiones dignas, justas y con garantías, hoy y en el futuro. Quiero una reforma del sistema fiscal que lo haga más justo y eficiente, Quiero ayudar a los autónomos y a las empresas. Quiero unas instituciones transparentes, que sean intolerantes con la corrupción. Todas estas medidas van a mejorar, sin duda, la vida de los españoles, también de los gallegos. Dicho esto, Galicia es una comunidad histórica y debe tener voz para reivindicar sus propios intereses. Quiero que este 2016 acabe con un presidente socialista en España y otro en Galicia, que le den a esta tierra el futuro que merece. Y eso pasa por dar respuesta con medidas concretas a los que les preocupa a los gallegos. Por eso proponemos medidas para preservar y potenciar el sector naval, que es estratégico para esta región tanto en términos de generación de empleo directo como de actividad económica; de defensa de la agricultura y la pesca para garantizar que reciben un precio justo por su producto, garantizando el equilibrio en la cadena alimentaria; y recuperación de las políticas de desarrollo rural, por citar solo algunos ejemplos.

-¿Se arrepiente del apoyo socialista a las alcaldías de las mareas que a usted no le votaron para ser presidente? ¿Cree que su gestión está siendo positiva?

-No es cuestión de arrepentirse. Nosotros hemos sido generosos en nuestros apoyos a las alcaldías de los denominados ayuntamientos del cambio y leales con su labor y gestión política. Bastante más leal de lo que Pablo Iglesias ha sido conmigo. Nosotros queremos hacer gobernables y estables las instituciones, para eso también nos votan. Somos factor de estabilidad y gobernabilidad en esas ciudades. Pero siempre sin violentar los valores y principios socialistas. Yo he demostrado que no ponemos precio a nuestras convicciones a la hora de formar gobierno y así lo hacen el resto de cargos públicos socialistas en los distintos niveles territoriales. En cuanto a su gestión, creo que están más preocupados de determinada política de gestos que de solucionar los problemas de los ciudadanos. De hecho, si las mareas hubieran mostrado cierta autonomía de Iglesias, no se hubieran plegado a él y hubieran atendido a los intereses de los gallegos, habrían votado a favor de un Gobierno progresista y de cambio para España.

-¿Estaría dispuesto a apoyar al candidato de En Marea para la presidencia de la Xunta?

-Yo espero que el PSdeG sea la primera fuerza política del cambio en las próximas elecciones a la Xunta. Tenemos un extraordinario candidato avalado por las bases que garantiza el cambio que necesita Galicia.

-Pero si el PSdeG queda tercero, ¿apoyaría a En Marea?

-Insisto en que va a ganar el PSdeG.

-¿Interfirió usted en favor de la candidatura de Xoaquín Fernández Leiceaga?

-A Leiceaga le han votado las bases del partido y desde ese momento es mi candidato.

-¿Y antes de que fuera elegido ya lo era?

-Nadie es mi candidato salvo el que digan los militantes. Entiéndalo en ese sentido, la ejecutiva federal es neutral en estos asuntos, es la militancia de base quien decide y bien decidido está. No hay mucho más que opinar. Lo importante es que, a diferencia de otras formaciones políticas, en el PSdeG y el PSOE no decide uno por todos sino todos deciden quién es el candidato y en este caso es Leiceaga y nos tiene a todos detrás ayudando y trabajando para el cambio político que hace falta en Galicia.

-En marzo, en una entrevista con este diario aseguró que José Ramón Gómez Besteiro era una persona honesta y tenía todo su apoyo para ser candidato a la Xunta. ¿Se arrepiente de haberle dado un apoyo sin condiciones?

-Besteiro es un buen político que asumió su responsabilidad política y yo se lo agradezco.

-¿Qué valoración hace del mandato de Feijoo?

-Ha sido muy negativo para Galicia y para los gallegos, debido en parte a su sumisión a las decisiones que se toman en Madrid. Los recortes y las privatizaciones han sido su seña de identidad y el daño que generan de difícil reparación. Piense en el ejemplo de los enfermos de hepatitis C. Galicia necesita, como el resto de España, un cambio profundo y el proyecto de Feijoo no puede proporcionárselo, está agotado. Hasta él lo sabía, por eso quería dar el salto a la política nacional y no le dejaron. Es un candidato forzoso, obligado. Está aburrido de Galicia, y Galicia se merece mucho más que eso. No hay nada peor que un candidato sin ganas, sin fuerza y sin proyecto.