Sus fracasos electorales lo obligan a reducir su presupuesto a la mitad
21 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Las debacles electorales de los comicios municipales y autonómicas del 22 de mayo y de los generales del 20 de noviembre han dejado al PSOE con menos poder y diputados que nunca. Pero también han provocado una brusca caída de sus ingresos que lo sitúa en una difícil situación financiera interna y lo aboca a un drástico recorte de gastos que podría desembocar en el despido de algunos de sus trabajadores.
El secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha encargado al de Organización, Óscar López, que elabore en los próximos meses un informe sobre el estado real de las cuentas para poner en marcha un plan de austeridad, viabilidad y ahorro, que supondrá un severo ajuste en los gastos para afrontar la sensible disminución de sus ingresos, que la dirección cifra en torno al 30 % solo por la bajada de las subvenciones que dependen de los resultados electorales. A esto hay que añadir el descenso de los derivados de la pérdida masiva de altos cargos, que entregan al partido aproximadamente el 10 % de sus sueldos cuando los ocupan y que al salir de ellos aportan solo sus cuotas de militantes.
Los socialistas percibirán unos 14 millones menos en concepto de subvenciones este año, a los que se sumarán otros ocho por la reducción del 20 % de ayudas estatales a los partidos políticos anunciada por el Gobierno de Mariano Rajoy. Esto hace que, según admitió ayer la vicesecretaria general, Elena Valenciano, el ajuste que tendrá que realizar pueda alcanzar el 50 % de su presupuesto total. «Lo que hará el PSOE será adaptar sus gastos a sus ingresos y llevar a cabo un plan de austeridad», dijo en la rueda de prensa tras la reunión de la comisión permanente. Además, el partido acumula una deuda de más de 22 millones de euros y ha perdido 20.000 militantes cotizantes a lo largo de los últimos cuatro años.
Despidos pactados
El recorte de gastos puede llevar incluso al despido de algunos de los más 150 trabajadores que tiene el PSOE actualmente. Valenciano afirmó que si hubiera que llevar a cabo algún ajuste de plantilla, lo que no descartó, se haría «en diálogo con los representantes sindicales» y, en ningún caso, aplicando las condiciones que establece la reforma laboral que acaba de aprobar el Ejecutivo.
Los socialistas afirman que optarían por las bajas incentivadas y las prejubilaciones si se tuviera que recortar la nómina. Sin embargo, la inquietud entre los trabajadores de Ferraz ya se ha hecho patente y se dejan oír críticas, por lo que algunos consideran mala gestión de la ejecutiva en las épocas de bonanza económica.