Un largo historial de lesiones

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Las lesiones del rey portada

El rey, que podría ser dado de alta hoy mismo, ha sufrido numerosos percances, la mayoría relacionados con la práctica del deporte

18 abr 2012 . Actualizado a las 11:39 h.

La recuperación del rey tras la operación de cadera a la que fue sometido «continúa evolucionando muy positivamente», según el parte médico firmado por el doctor Ángel Villamor, que fue quien dirigió la intervención en el Hospital USP San José. La inflamación inicial en la zona afectada, en la que ayer se le practicó una nueva cura, ha desaparecido y los médicos no descartaban que pudiera ser dado de alta hoy mismo. «La evolución de la incisión quirúrgica es correcta», señala el parte, lo que ha permitido que «se haya podido intensificar el programa de recuperación».

No es la primera vez que el monarca tendrá que seguir un programa de rehabilitación, ya que a lo largo de su vida ha sufrido numerosos accidentes, la mayoría de ellos vinculados con la práctica del deporte, en especial el esquí, o la caza. Uno de los más graves sucedió en 1981 cuando, tras jugar un partido de squash en la Zarzuela con el extenista Manuel Santana, atravesó una puerta de cristal sufriendo un corte en el nervio radial por el que tuvo que ser intervenido y le obligó a permanecer un mes con el brazo izquierdo escayolado. Un año antes, en 1980, se cayó de un carro de combate en Zaragoza y se lesionó un codo.

En 1983, el rey sufrió una caída mientras esquiaba en la estación suiza de Gstaad. Se fracturó la pelvis y tuvo que estar un mes en la cama guardando reposo. Dos años después, esta lesión le originó una fibrosis de la que también fue operado. En 1988, durante una cacería en Suecia, se golpeó el ojo izquierdo y tuvo que llevar gafas oscuras durante una temporada. De nuevo el esquí fue la causa de un accidente en la estación francesa de Courchevel en 1989, que acabó con heridas menores. Más grave fue la intervención en la rodilla derecha a la que tuvo que someterse tras otro accidente de esquí en Baqueira en 1991, en esta ocasión tras ser arrollado por otro esquiador. La convalecencia fue muy larga y la rodilla quedó seriamente dañada. Cuatro años más tarde, en 1995, en otro percance esquiando sufrió una fisura en la muñeca derecha.

Tumor benigno en el pulmón

El lado derecho es sin duda el más dañado del monarca. En el 2001 se le extirparon quirúrgicamente unas varices en la pierna diestra. Pero la dolencia más grave que ha afectado hasta ahora al rey Juan Carlos es la extirpación de un tumor benigno en el pulmón derecho. La lesión fue detectada en una de las revisiones habituales a las que el monarca se somete cada año y que, paradójicamente, suelen reflejar un excelente estado de salud en general para un hombre de su edad. La recuperación de la operación de pulmón fue bastante rápida y no ha tenido secuelas aparentes.

Pero sí las tuvo el hundimiento del platillo tibial de la rodilla que se había producido en 1991 en la estación leridana de Baqueira. Los médicos tuvieron que operarle en el 2011 en esa misma zona y, ante el deterioro de la rodilla, tuvo que implantársele una prótesis.

La fractura de cadera en Botsuana es el último percance real del que existe confirmación oficial. El periodista especializado en información de casas reales, Jaime Peñafiel, aseguró sin embargo en enero del 2011 que el monarca sufrió en 1985 la amputación de un testículo como consecuencia de la caída en la estación de Gstaad en 1983. Según el periodista, don Juan Carlos se clavó un teléfono móvil que llevaba en el bolsillo y se produjo una grave lesión. Este accidente no ha sido confirmado nunca desde la Casa Real.